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La Florida secreta

Cuando se piensa en viajar a la Florida las únicas dos ideas que llegan a la mente del viajero son, por lo general: parques temáticos y compras. No obstante, es preciso ampliar el itinerario de viaje para descubrir los secretos de un Estado del sur de Estados Unidos, en donde existen actividades complementarias que van desde safaris y travesías por pantanos para descubrir cocodrilos, hasta la posibilidad de conocer de primera mano la historia espacial americana.

Tostarse al sol, comprar como si el mundo se fuera a acabar y emprender maratónicos recorridos en los parques temáticos. Hasta ahí. La percepción que tiene la mayoría de los viajeros que eligen la Florida como destino de vacaciones, no va más allá. Es prácticamente un enigma creer que este Estado, ubicado al sur de los Estados Unidos, tiene una identidad propia que conjuga lo natural, costumbres locales -y extrañas a la vez-, lugares icónicos para la historia de la humanidad y hasta opciones muy diferentes a la hora de dormir. No sacar unos días para descubrir la Florida secreta, es un error que no hay que cometer.

Tras aterrizar en el aeropuerto internacional de Orlando y siguiendo los consejos de los conocedores de la zona, mi recorrido inició en el condado de Polk, ubicado al este de Tampa y al suroeste de Orlando. Lo conforman ciudades como Lakeland, Lake Wales, Auburndale, Winter Haven, Haines y Bartow. Todas pequeñas pero reflejo de una Florida auténtica… la que era antes que se desarrollaran los grandes parques y modernas ciudades.

Bajo un sol que arde y resguardados en un automóvil tipo Van alquilado en el aeropuerto, tomamos la autopista I-4 (Interestatal-4) para llegar a un lugar inimaginable para un viajero que llega a esta zona del planeta. Se trata de Safari Wilderness Ranch, un proyecto de turismo rural acreditado por la Asociación Zoológica de América (ZAA) y autorizado por el USDA (Departamento de Agricultura).

No es un zoológico. Es un lugar lleno de animales de pastoreo y silvestres que van de un lado a otro en un área de 105 hectáreas y con los cuales se puede interactuar desde vehículos de safari o, si se prefiere algo más osado, montado en un camello. Optamos por el vehículo. Antes de partir, cada visitante recibe por parte de los guías una bolsa con alimento para ofrecer a los animales. A medida que se avanza en un recorrido que dura alrededor de dos horas, aparecen gacelas, cebras, antílopes, pavos, lémures, ganado Watusi, ciervos, búfalos, jabalíes, venados, avestruces… todos se acercan en busca de los pequeños bocados. Aquí es el momento para hacer la fotografía perfecta.

Hay que tener en cuenta que este safari opera de miércoles a domingo entre las 10:00 a.m. y a la 1:00 p.m. y es necesario reservar con anticipación. El safari clásico en vehículo cuesta USD75 para adultos. (www.SafariWilderness.com)

Ya es medio día. Estamos a escasos minutos de Winter Haven, por lo que decidimos aprovechar para visitar – insólitamente- un parque temático, pero con carácter educativo: Legoland, el más grande de los cinco que hay en el mundo y en donde todo, absolutamente todo, está construido con legos.

Un dinosaurio color rojo y del cual salen chorritos de agua a manera de fuego, nos da la bienvenida. Los senderos y la señalización de cada uno de los espacios nos llevan a descubrir muchas más figuras: Una gran momia egipcia, un par de jirafas, la cara de Einstein, una sirena, un pulpo, autos, caballeros medievales... Todas estas esculturas sorprenden por el tamaño y por la cantidad de ladrillitos de colores con que están construidos.

Nos detenemos en la mitad del parque sorprendidos por una de las exhibiciones más impresionantes del parque: Miniland, un mundo en miniatura con figuras de Nueva York, Washington DC, Las Vegas, el Golden Gate de San Francisco, la playa de Miami y el Kennedy Space Center entre otros. Y es aquí en donde los fanáticos de la saga completa de Star Wars se sienten realizados ¡Hay escenas emblemáticas de las películas y a escala real están exhibidos Darth Vader y R2-D2, con quienes es imposible no posar para una foto!

El tiempo apremia y aún falta mucho por recorrer. Por eso la mejor decisión de quienes visitan Legoland es llegar bien temprano para aprovechar todas las atracciones. Eso sí, hay que adicionar un día más si se quiere disfrutar del parque acuático. Y fue precisamente que, pensando en ello, la célebre marca danesa de juguetes de construcción, inaugurará en junio de 2015 un hotel temático con 152 habitaciones dentro de este complejo.

Ya son las 4:00 de la tarde. La caminata bajo una temperatura que alcanza los 36 grados es desgastante para quien no está acostumbrado a este sol inclemente. Descansar en el hotel Holiday Inn Winter Haven que habíamos elegido para alojarnos, ubicado a tan solo diez minutos desde allí, es la única idea que por el momento cruza por la mente.

Un encuentro frustrado con cocodrilos

Nuestro guía se esforzó en que pudiéramos ver uno, aunque a comienzos de octubre las lluvias esporádicas ocasionan que los cocodrilos no salgan a tomar el sol, como lo acostumbran a hacer en verano. Habíamos partido desde Winter Haven hacia Lake Wales, para aventurarnos en uno de los planes que en la Florida auténtica resulta común: Ver cocodrilos en pantanos, y para ello acudimos a la empresa Cove Airboat Nature Tours, especialista en el tema.

Antes de abordar un hidrodeslizador (airboat) para seis pasajeros, el guía se asegura que cada uno de sus pasajeros tenga la dotación requerida: Chaleco salvavidas, gafas y tapa oídos para evitar el ruido. A medida que la embarcación se abre paso entre altos pastizales que se extienden hasta un horizonte lejano con sólo unas pocas áreas de aguas abiertas y una que otra isla protegida con árboles cipreses, la sensación de estar inmerso en una aventura al estilo National Geographic es indescriptible. Estos pantanos están rebosantes de vida. Variedad de pájaros y multitud de insectos se ven por doquier. Pero hoy no hay suerte. A lo lejos, a penas se visualiza un pequeño cocodrilo que asoma su cabeza buscando el sol. Ya es tiempo de regresar.

Diversión al estilo vaquero

Quería ir. Enterarme que en la Florida existe un rancho vaquero para realizar actividades del viejo oeste, llama la atención de cualquiera. Hasta de los locales. Para ello nos dirigimos a Westgate River Ranch Resort, un lugar donde se rinde un homenaje al aporte del vaquero a la cultura de la Florida, a través de actividades como paseos a caballo, caminatas guiadas a través de la naturaleza, pesca, canotaje, natación, escalada, cabalgatas y tiro al plato entre otras.

Era sábado en la noche. El atractivo principal del lugar hoy es el rodeo, un plan familiar al que hay que llegar equipado con botas, sombrero y con un kit compuesto de masmelos y chocolates para la fogata con la que se acostumbra a cerrar la jornada. Después de cantar el himno nacional, la algarabía comienza cuando un número importante de aficionados trata de sortear la fuerza de los ejemplares de ganadería sobre los cuales salen a la pista. Muy pocos superan los ocho segundos antes de caer.

Después del espectáculo, mientras algunos optan por probar moonshine en el bar River Ranch Saloon o subirse al toro mecánico para experimentar la sensación de los cowboys estadounidenses, otros prefieren retirarse a descansar. Una de las opciones más originales que ofrece el lugar, además de cabañas y casas de lujo, es la del glamping: carpas de lujo, con conserje personal las 24 horas, encargado de preparar una fogata y entregar frutas, café y panecillos dulces cada mañana a los huéspedes. Ha sido tal el éxito de este concepto de alojamiento, que este año el lugar pasó de tener diez tiendas, a veinte. Las tarifas para dormir de esta manera tan glamurosa van desde los USD149 por noche.

Para cenar, recomendadísimo el Smokehouse Grill que ofrece variedad de carnes, mariscos y costillas de cerdo, entre otros. Para saber más: Westgate River Ranch Resort www.westgateresorts.com

Un refugio de tranquilidad

Para bajar el ritmo hubo consenso en que lo mejor sería dirigirnos a Bok Tower Gardens, un jardín botánico alejado del bullicio de los parques y de las multitudes. También en Lake Wales. Este monumento histórico nacional fue elegido como el “Mejor Jardín de la Florida”, lo cual queda evidente una vez comienza el recorrido por las 700 hectáreas de esta área que brinda alimento a aves migratorias y sirve de refugio a ardillas, a 126 especies de aves y a la tortuga de tierra, amenazada y en peligro de extinción.

Fue creado en 1929 por Edward W. Bok, un inmigrante holandés, cuya abuela algún día le dijo: “Haz del mundo un mejor lugar o más hermoso, porque has vivido en él”. Fue así como Bok decidió comprar múltiples parcelas residenciales y construir un santuario para aves, que con el tiempo se convirtió en un majestuoso jardín botánico.

Antes de partir del lugar, es imposible no dedicar varios minutos a contemplar la bellísima torre estilo neogótico y art-Deco de sesenta y dos metros de alto, denominada la Singing Tower (Torre Cantora) desde la cual emana el sonido de sesenta carrillones que arrullan a quienes se sientan a relajarse en los alrededores. Quizá la mejor idea para terminar la visita sería un picnic a la sombra de los naranjos para escuchar las especies de pájaros que allí residen, observar las camelias, azaleas y orquídeas que explotan frente a la torre rosa. Pero hoy no hay tiempo. Hay que partir.

Un encuentro con la historia espacial

Esta mañana hay que salir temprano. Desde Winter Haven nos espera una hora de viaje para llegar a la Costa Espacial de Florida. Una región en la costa del Atlántico donde convergen la naturaleza y la tecnología espacial de punta. Las plataformas de lanzamiento y los cohetes apuntan al cielo mientras los surfistas hacen sus mejores acrobacias en Cocoa Beach. Durante más de 50 años, la Costa Espacial de Florida ha sido la puerta de entrada al sistema solar para la NASA, lo que le da su nombre. Los primeros cohetes estadounidenses despegaron de Cabo Cañaveral y las 135 misiones de los transbordadores espaciales despegaron desde esta zona. ¡Llegamos al único museo de naves espaciales del mundo! No es un parque temático ni un producto de ciencia ficción. Es un lugar que si bien parece de otro mundo, es real. Se trata del Kennedy Space Center, el complejo de lanzamiento de cohetes de la NASA.

Aquí están las primeras cápsulas que usó el hombre para llegar al espacio. Y están las segundas cápsulas, las quemadas por el retorno a la atmósfera terrestre, como las del programa Apolo 4. Están los cohetes que las impulsaron. Hay trajes, cascos, piedras de la luna, vehículos similares a los utilizados en la luna, robots, satélites y videos históricos en blanco y negro. Hay cines en IMAX 3D y montones de simuladores y juegos espaciales para niños.

Primero, lo primero. La exhibición del Transbordador Espacial Atlantis, inaugurada el 29 de junio de 2013. Cuenta con 8.360 metros cuadrados de área de exhibición que contiene cuatro producciones de multimedia y más de sesenta experiencias interactivas que invitan a los visitantes a ser un astronauta y a celebrar el patriotismo que existe tras el programa del transbordador espacial.

Este gigante quita el aliento. Las marcas de las quemaduras en su parte delantera son evidencia de las treinta y tres veces que voló al espacio entre 1981 y 2011. Debido a su inclinación, pareciera que aún flotara en el espacio, con sus puertas del compartimento de carga abiertas y con el brazo robotizado extendido, como si se hubiera acabado de separar de la Estación Espacial Internacional.

Una vez allí, es imposible resistir la tentación de ingresar al simulador para experimentar un lanzamiento a bordo del Atlantis. Una vez abrochados los cinturones, la visión que pueda tenerse del espacio cambia. Imágenes, sonidos y sensaciones, incluyendo la simulación de gravedad cero, hacen de esta oportunidad, algo indescriptible. Y la sorpresa antes de finalizar, quita el aliento: el techo del transbordador se abre y aparece en todo su esplendor la Tierra ¡Bienvenidos al espacio!

No importa si es, o no, aficionado al tema. En el Kennedy Space Center también es casi una obligación realizar el tour que lleva a los visitantes al Centro Apollo/Saturno V donde se Jardín de los Cohetes encuentra el cohete lunar Saturno V (real) y no desaprovechar la oportunidad de tener un encuentro con un veterano astronauta (Astronaut Encounter). Esta mañana escuchamos a Roger Crouch, para lo cual hay que cancelar un valor adicional de USD29 por adulto.

Para ganar tiempo, es recomendable dividir la visita en dos partes para hacer todo el mismo día: En la primera incluir al Atlantis y el Jardín de los Cohetes, además de ver la película que ofrecen en el IMAX. En la segunda, disfrutar del tour “Kennedy Space Center Bus Tour”, donde se observa una vista panorámica de la Plataforma de Lanzamiento LC- 39 y el enorme cohete Saturno V en el Apollo/Saturn V Center.

El precio de admisión es de USD50 para adulto. La atención al público inicia desde las 9:00 de la mañana y el cierre es a las 5:00 de la tarde.

¿Playa cerca a Orlando?

No lo sabía, aunque creo que el desconocimiento sobre la existencia de una playa a solo 50 minutos de Orlando, es más común de lo que imaginaba. Estaba en Playa Cocoa o Cocoa Beach. Un lugar sin grandes congregaciones de turistas, debido a que es frecuentada en su mayoría por las comunidades de Cocoa Beach, Cabo Cañaveral y Melbourne, en donde residen familias, jubilados o trabajadores del Kennedy Space Center. La capital del surf en la costa Este de los Estados Unidos.

Hay algunos hoteles, condominios y casas de alquiler para vacaciones, pero no están tan concentrados como en otras comunidades playeras de Florida. Un ícono del lugar es la tienda de artículos para surf, Ron Jon’s Surf Shop, que ahora se ha transformado en un emporio de venta de accesorios para la playa y recuerdos. Está abierta las 24 horas.

Uno de los lugares que más llama la atención estando en la playa es Pier, un muelle que ofrece variedad de restaurantes, bares y tiendas, con un mirador desde el que pescar o ver los surfistas es una escena común. Aquí optamos por Pelícanos, un lugar sencillo pero con una variada oferta de comida rápida y cocteles para los bañistas. Recomendadísimo el sándwich de pollo y, para calmar la sed, un coctelito: Russian Monkey.

Después de la playa, otros dos planes infaltables. El primero, una visita al puerto de Cabo Cañaveral, punto de embarque de muchos grandes cruceros con excursiones al Atlántico Sur y las Islas del Caribe.

Allí existe uno de los atractivos más recientes de la zona: La Torre. Un edificio interactivo en donde se observa un recuento de la diversidad de fauna en la zona, así como un mapa interactivo de las embarcaciones hundidas y la historia en imágenes de la evolución del puerto. No ingresar antes de zarpar en crucero, es un error imperdonable.

Y si es de los que prefiere actividades relacionadas con la naturaleza, en esta parte de la Florida se encuentra el zoológico de Brevard. El lugar cuenta con más de 550 animales para deleite de todas las edades. Jirafas, caimanes, avestruces, flamencos, micos, llamas y hasta armadillos (brevardzoo.org).

Podría seguir hablando de la Florida auténtica. Podría seguir descubriendo sus rincones. Sus secretos. Por eso cuando llega la hora de regresar, las imágenes que quedan en mi mente son la de un Estado que ama al visitante, lo trata bien y lo enamora. Y si el viajero puede complementar los atractivos que lo han hecho reconocido a nivel mundial, se llevará la sorpresa de encontrar un contraste entre la modernidad y la sofisticación con la idílica experiencia de sus auténticos orígenes.

Recomendaciones para el viajero

Dónde comer

  • En Winter Haven Harry’s Old Place. Restaurante gourmet de pescados y mariscos www.harrysoldplace.com
  • En Lakeland Harry’s Seafood Bar and Grille. Para probar sabores de Lousiana. Recomendado el Jambalaya (Arroz estilo risoto con camarones, pollo y salchichas. Tiene un toque picante) 101 North Kentucky Ave., Lakeland, FL 33801 www.hookedonharrys.com
  • En Lake Wales Blue Palmetto Café, en Bok Tower Gardens 1151 Tower Boulevard, Lake Wales, FL 33853
  • En Cocoa Beach Sunset Waterfront Grill & Bar. Para comer delicias del mar y ver un atardecer de película. 500 W Cocoa Beach Causeway, Cocoa Beach, FL 32931
  • Pelícanos en The Pier, Cocoa Beach. Además de comida rápida, hay buenos cocteles. 401 Meade Avenue
  • Cocoa Beach, FL 32931 En Cabo Cañaveral Milliken’s Reef. Además de excelente comida de mar, los postres son inolvidables. 683 Dave Nisbet Drive
  • Cape Canaveral, FL 32920 River Rocks. Buenos pescados y mariscos. Ofrece platos alternos como cordero y pato. 6485 U.S. 1, Rockledge, FL 32955

Por: Sandra Aguilera

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