¡Confíese! ¿Usted es de lo que aún asemeja la experiencia de viajar en crucero con las idílicas imágenes de antiguas series de televisión como el Crucero del Amor o de películas como Titanic, especialmente con aquella escena en donde Jack (DiCaprio) sujeta a Rose (Kate Winslet) por la cintura en la proa del barco mientras suena la lacrimógena canción interpretada por Celine Dion?
Pues no. Actualmente los cruceros pueden llegar a ser las vacaciones perfectas para todos los gustos: en familia, con amigos y hasta solos. Entretenimiento y diversión asegurados en buques de hasta 227.000 toneladas, con variedad de ofertas de ocio para todas las edades, Wifi, tv satélite, tiendas de todo tipo, hospital, gimnasios, spa, cines, teatro, discotecas, restaurantes, cafeterías, piscinas, muros de escalar… en fin, todas unas ciudades flotantes.
Precisamente una de las navieras líderes en el tema es Royal Caribbean, que gracias a su filosofía basada en la innovación y la imaginación, ofrece a través de su flota – Oasis, Freedom, Voyager, Radiance, Vision y Sovereignuna aventura vacacional única a sus pasajeros.
Sin ir más lejos, hace unos meses la compañía lanzó el segundo barco más grande del mundo: el Anthem of the Sea, un trasatlántico hipertecnológico que haría palidecer al mismísimo Titanic. Los detalles que rodean al que está considerado como “el crucero del futuro” parecen salidos de una película de ciencia ficción: Robots que preparan cocteles al gusto de cada viajero o balcones virtuales que ofrecen vista en tiempo real del océano y de las ciudades que se van a visitar, son algunos de los avances tecnológicos que incorpora. Para los que no sufren de vértigo, tiene una grúa que transporta a los viajeros en una cápsula transparente a unos cien metros de altura para que disfruten del paisaje sobre el mar. Los más dinámicos disponen del complejo deportivo cubierto más grande de alta mar, varias piscinas interiores y exteriores o un rocódromo para practicar escalada. Hasta ahí, todo lo que cabría esperar de un barco de lujo. Lo que ya no es tan común es que también se tenga la oportunidad de simular una caída libre en paracaídas o hacer surf gracias a un generador de olas.
Pero las posibilidades que ofrece este barco, que en otoño cruzará el Atlántico hasta Cape Liberty para establecerse en New York de manera permanente y navegar hacia el Caribe, no para ahí. 18 restaurantes ofrecen platos de todo el mundo, algunos de ellos abiertos durante las 24 horas. Y para la velada un Music Hall en el que se programan espectáculos del renombre de We Will Rock You o The Grift. Varios pubs y discotecas permiten hacer las noches interminables. Por supuesto, las posibilidades de gastar dinero también son abundantes, ya que firmas de lujo como Armani, Bulgari o Tom Ford cuentan con boutiques en el interior.
Y si lo anterior no lo convence que un crucero es literalmente una ciudad flotante, la famosa naviera sorprenderá en el 2016 con el Harmony of the seas, uno de los barcos más grandes del mundo. Se espera que se inaugure en abril del 2016 y sus viajes se harán por el Mediterráneo y el Caribe. Los tripulantes podrán disfrutar del Aqua Thearer, dos simuladores de surf, dos paredes para escalar de hasta 13 metros, una pista de hielo y como novedad tres toboganes acuáticos de varios pisos.
Ah, una vez abordo, si sientes hambre no habrá problema. Tendrás 20 restaurantes para escoger, entre ellos el creativo restaurante Wonderland. El barco dispondrá de 16 cubiertas, desplazará 227.000 toneladas y su capacidad será de 5.479 pasajeros en ocupación doble.
Si aún no te decides a zarpar, es importante que sepas que en la última década la demanda mundial de cruceros se ha incrementado en un 77%, según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros. Es decir 21,31 millones de personas en todo el mundo decidieron ponerse las gafas de sol y traje de baño en la cubierta de un barco. Por algo será…
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