Aruba, conocida también como la “Isla Feliz” es uno de los destinos del Caribe más visitados, gracias a sus playas de arena blanca y mar turquesa y una cultura, resultado de la fusión de las raíces autóctonas con las que llegaron de los españoles y holandeses.

Así que arma tu propio paquete y explora los diferentes rincones y lugares que te dejarán un lindo recuerdo, ya sea en tu viaje de luna de miel, de aventura y naturaleza, cultural y diversión sin igual.

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¿Qué ver?

Aruba tiene playas de fina arena blanca que bordean las aguas caribeñas de color turquesa, a donde más de 1 millón de turistas asisten cada año para nadar, hacer esnórquel, esquí acuático, kitesurf o simplemente para descansar a la sombra de un fofoti o divi divi, el árbol insigne para contemplar la inmensidad de este mar tibio y cristalino que apenas se mueve.

En este destino hay muchas posibilidades para que pases unas vacaciones inolvidables y hay muchos más motivos para estar feliz en Aruba. El sol no falla nunca, llueve poco y la temperatura es la ideal, además hay un detalle, la isla está fuera de la línea de los huracanes.

El sector para los bañistas no suele tener mucha profundidad y está delimitado por boyas, que marcan el espacio para la práctica de los deportes náuticos de principiantes y profesionales. 

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Arma tu paseo

En Aruba el viajero no debe adecuarse a la isla, sino que es ella la que se ajusta a los deseos de cada uno. Los hoteles se despliegan sobre dos playas de la costa noroeste, Eagle Beach y Palm Beach. Allí, al igual que en los restantes balnearios, la arena es fina y suave para tus pies.

Las actividades del mar las puedes combinar con las de tierra a bordo de un jeep, una cuatri-moto o cabalgando, para atravesar senderos que te llevan, por ejemplo, al Parque Nacional Arikok, donde encontrarás desiertos escarpados, cactus, riscos, así como dos de las maravillas naturales de la isla: las cuevas de Fontein y la piscina natural.

Conoce también el tranvía, que conecta el muelle a donde llegan los cruceros, pasando por la calle principal hasta el centro de la ciudad. Este medio de transporte tiene seis paradas en monumentos y museos en todo el camino, además de los lugares más comerciales de la capital.

Admira más de 80 especies en el Santuario de aves Bubali, y si te gusta esta actividad lleva una buena cámara, para que desde la torre hagas unas buenas fotos de garzas, gaviotas, patos, picos tijera... entre otros tantos.

Por el idioma no hay problema

En Aruba, la mayoría de su gente habla cuatro idiomas: holandés, papiamento, la lengua nativa; inglés y español, cuyo aprendizaje es de carácter obligatorio en el periodo escolar. Vale la pena escuchar las conversaciones entre ellos porque fácilmente saltan de uno a otro entre frase y frase, sin llegar a perder el hilo de la conversación.

Con ta Bai? How are you? ¿Cómo estás? Cómo vai voce? La frase se repite una y otra vez en casinos, restaurantes, playas, catamaranes, en fin. Es palpable que, gracias a las innumerables campañas y cursos de formación impartidos por el gobierno, la población local es consciente de la relevancia del trato profesional al visitante. Su buena actitud y permanente disposición para dar lo mejor de sí, hacen de los arubeños unos anfitriones incomparables.

Decídete y embárcate en esta aventura en un mar lleno de vida, unas calles con fachadas coloridas, centros comerciales con artículos del lujo, una cultura que encanta y una noche que embelesa.