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Toronto no es solo una ciudad, es un horizonte que canta entre rascacielos, lagos infinitos y culturas que se abrazan. Moderna, vibrante y siempre despierta, esta joya canadiense invita a recorrer sus calles como quien explora un poema vivo. En Aviatur, sabemos que viajar es mucho más que trasladarse: es sentir, descubrir, conectar. Por eso, le compartimos los 8 lugares imprescindibles que ver en Toronto, ideales para quienes buscan experiencias auténticas y memorables.
Icono absoluto del skyline de Toronto, la Torre CN se yergue majestuosa a 553 metros sobre el suelo. Subir a su plataforma de observación es asomarse al corazón de la ciudad y dejarse envolver por una panorámica que quita el aliento. Quienes se atreven pueden vivir el "EdgeWalk": una caminata al borde del vacío, atados por un arnés, a 356 metros de altura. Para los más tranquilos, el restaurante giratorio 360 ofrece una cena con vistas que acompaña cada bocado con una postal inolvidable.
A solo 15 minutos en ferry desde el centro, las Islas de Toronto son un refugio sereno entre aguas tranquilas. Playas de arena suave, senderos rodeados de arces y una vista inmejorable del perfil urbano invitan al descanso y la contemplación. La Isla Central, Ward's Island y Hanlan's Point son las más visitadas, ideales para andar en bicicleta, hacer picnic o simplemente desconectar.
Con su arquitectura audaz y su colección que abarca desde dinosaurios hasta arte egipcio, el ROM es uno de los museos más importantes de América del Norte. Cada sala es una ventana a civilizaciones antiguas, secretos de la naturaleza y expresiones artísticas que cruzan fronteras.
Un festín de colores, aromas y sabores espera en este mercado histórico. Fundado en 1803, St. Lawrence Market ofrece desde quesos artesanales y carnes curadas hasta productos frescos y platos internacionales. El sándwich de peameal bacon es un imperdible local, y los puestos de dulces canadienses conquistan el paladar con cada bocado.
Antiguamente una destilería victoriana, hoy este barrio peatonal es un epicentro de creatividad. Galerías, diseñadores independientes, cafeterías con alma y murales vibrantes conforman este rincón que mezcla historia industrial y arte contemporáneo. Pasear por el Distillery District es entrar en una novela urbana, con luces tenues y fachadas de ladrillo que cuentan su propia historia.
El pulmón verde de Toronto está lleno de vida todo el año. High Park ofrece jardines, lagos, senderos para caminar y hasta un pequeño zoológico gratuito. En primavera, los cerezos en flor lo transforman en un lienzo rosado que atrae a miles de visitantes.
Multicultural, excéntrico y siempre vibrante, Kensington Market es una experiencia sensorial. Tiendas vintage, murales callejeros, tés de hierbas exóticas y aromas que cruzan continentes te reciben en este barrio donde la diversidad es ley. Aquí cada calle tiene voz propia, y perderse es parte del plan.
Parece un escenario de cuento, pero está en el corazón de Toronto. Casa Loma es un castillo neogótico construido en 1914, con salones majestuosos, pasadizos secretos y jardines que despiertan la imaginación. Desde sus torres, la ciudad se dibuja como un reino moderno que espera ser conquistado.
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