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Centro cultural Gabriel García Márquez,

Mezcla de arquitectura y cultura en un solo lugar

Por: Sandra Aguilera

Sin saberlo, quien entra y sale de este recinto sin fin, está vigilado. Arriba, sobre la cornisa circular de la plazoleta central, se disparan como flechas las miradas que apabullan la ignorancia y condenan al inculto, al desorientado. Por eso no son miradas esquivas, postizas o indiferentes. Son vistazos que invitan a descubrir a ese hombre errante en busca del sentido los valiosos tesoros que yacen en el que otrora fuera un palacio de justicia consumido en llamas, hace ya 63 años.

Sí. Quien entra y sale del Centro Cultural Gabriel García Márquez de Bogotá, no puede evitar que Carlos Fuentes, Octavio Paz, Salvador Novo, Salvador Elizondo, Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco, Homero Aridjis, Rosario Castellanos, Sergio Pitol, Margo Glantz, Carlos Monsiváis, Alí Chumacero, Juan Rulfo, Enrique Krauze, Juan Villoro, Alfonso Reyes, Jaime Labastida, posen sus ojos sobre su humanidad. Todos ellos grandes nombres de la literatura mexicana que han dejado su huella en un país que ama y siente su cultura y sus letras como propia. Más que retratos, los escritores actúan como vigías de esta casa a la cual pertenecen muchos otros autores como Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges, Gonzalo Rojas, George Steiner, Zygmunt Bauman, Claude Levi-Strauss, Henry Kissinger, entre otros.

El centro cultural es una obra abierta al encuentro, a la alegría, al goce, a la sorpresa y a la meditación, en donde la arquitectura mezcla la modernidad y lo clásico, como un símbolo que hace parte del centro histórico de Bogotá. Por eso no es casualidad que desde la parte más alta de este proyecto construido bajo la visión del fallecido arquitecto Rogelio Salmona y con una importante inversión monetaria del Estado mexicano, el visitante divise la Catedral Primada de Bogotá. También la Casa de la Moneda, la Biblioteca Luis Ángel Arango o la Casa de la Orquesta Sinfónica. Esa fue precisamente la concepción del artista: “...insertar en la Candelaria una arquitectura urbana respetuosa, que entienda los deseos de bienestar y goce... que cree espacios públicos sin barreras, variados, apropiados para cada sitios y apropiables por todos los habitantes”.

Hoy, no queda duda que estos objetivos se han cumplido. Ya son más de 500.000 visitantes (un promedio de 200.000 anuales) que en tres años de actividades han confluido a este edificio de 9.000 metros cuadrados construidos para charlar, comer, tomar un café, disfrutar de exposiciones, conversatorios o por el simple gusto de hacerse a un buen libro. Y es precisamente la librería uno de los espacios más interesantes del centro cultural. Para los conocedores del tema, adquirir alguno de los miles de títulos que hacen parte del catálogo activo del Fondo de Cultura Económica, es parte ya de su diario vivir, además de una interesante oferta de otros fondos editoriales de países como España, México y Argentina que complementan la oferta editorial. Un espacio que debe pasar del misterio de lo desconoció al encanto de lo público.

Claro que fue la editorial del Estado mexicano quien luego de haber hecho presencia en el país durante los últimos 27 años, concibió la idea de crear un espacio donde la lectura, las artes y la gastronomía se unieran para ofrecer en Bogotá una gran oferta  páginas leídas. Fue así como el predio ubicado en la esquina de la calle 11 con carrera 6 de la capital, pasó de ser sede del antiguo colegio de La Enseñanza, y años más tarde, en 1920, del palacio de Justicia consumido en llamas durante los disturbios del Bogotazo, a ser hoy un proyecto mexicano sin precedentes en ningún otro país. Todo bajo el nombre del Nobel de Literatura Colombiano, Gabriel García Márquez.

Su librería es por demás excepcional. Exhibe cerca de 100 mil libros, no sólo de autores del Fondo. Hay múltiples ofertas en política psicología o tecnología, siempre con novedades del mes exhibidas estratégicamente en cada sección. Como si fuera poco, además de la presentación mensual de libros, la librería también implementa conversatorios y charlas de diferentes temas: grandes compositores y el cine, música, recitales de poesía ó la historia del Jazz, son tan solo algunos ejemplos que ya han tenido su espacio y público.

Eso sí, el Centro Cultural no descuida a uno de los públicos más exigentes: Los niños. De hecho un promedio de 25 pequeños llega cada domingo a la librería del FCE  para participar de la actividad denominada “cuentacuentos”, a cargo de talleristas y promotores de lectura que se encargan de desarrollar esta actividad de manera lúdica

Desde hace algunos meses, la plazoleta central del centro cultural - la misma donde se han desarrollado presentaciones del Festival Iberoamericano de Teatro durante el 2010, conciertos, recitales y presentaciones de orquestas sinfónicas - , es escenario de la actividad “domingos de danza”,
en donde se realizan además de presentaciones de diferentes grupos, clases prácticas para público en general de géneros como salsa, tango, música llanera, entre otros géneros. Entre su variada oferta de servicios, se destaca espacios como el auditorio, sala de exposiciones, aulas, sala alterna,
además de locales comerciales de entidades bancarias, agencias de viajes e importantes cadenas gastronómicas.

Solo hace falta que muchos bogotanos se atrevan a visitar este edificio. ¿Por qué no? Si personajes como el presidente de México, Felipe Calderón, el escritor mexicano, Carlos Fuentes, el ex Presidente de Colombia, Álvaro Uribe y hasta el actual mandatario de los colombianos, Juan Manuel Santos, ya han transitado y se han apropiado de este lugar. Todo, por supuesto, bajo la mirada vigía de los escritores mexicanos retratados en la cornisa circular.

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