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¡Sí vale la pena ir a Centroamérica!

Conocer ruinas mayas, caminar por ciudades coloniales, visitar pueblos indígenas y deleitarse en playas, solitarias o repletas, es una de las experiencias más completas que hoy puede hacer un viajero colombiano con su familia en Centroamérica.


En los años ochenta a pocos se les ocurría hacer turismo en Centroamérica porque, incluso recorrer la región por tierra, era prácticamente inviable por razones de seguridad debido a los conflictos políticos de entonces. Hoy ya se puede ir desde Panamá hasta México sin que ello signifique un reality para aventureros, porque donde “la paz era imposible”, los acuerdos con las guerrillas resultaron duraderos y hoy todas ellas y hasta los grupos paramilitares se convirtieron en partidos políticos, incluso gobernantes. Sin embargo los problemas de delincuencia se han intensificado en varias regiones de esos países por diferentes motivos, lo cual hace que, salvo destinos muy de turismo de masas para playas como Cancún, muchos viajeros desistan de conocer una de las regiones bellas e interesantes de nuestra Latinoamérica.

Como señalaba el Presidente de la Organización Aviatur en su editorial de la edición anterior, algo similar pasa con Colombia, a donde no ha llegado el turismo masivo a pesar de todo lo que se puede ofrecer, por esa imagen internacional de inseguridad, que en parte es cierta y en parte no.

Los colombianos sabemos que ir un fin de semana en avión a Cartagena, definitivamente la ciudad histórica más bonita de América, no entraña mayores riesgos, con ciertas precauciones; que ir a San Andrés y Providencia o a Leticia es casi que absolutamente seguro; y que incluso en las grandes ciudades se puede disfrutar bastante sin mayores peligros que en cualquier otra ciudad latinoamericana y menos que en alguna de Estados Unidos.

Igual puede hacerse con Centroamérica, incluyendo el sur de México en esta denominación, estableciendo bien los destinos y los desplazamientos. Hay tantas atracciones de naturaleza y culturales en todos estos países, que solo enumerarlas agotaría al lector. Panamá por ejemplo, ofrece en su capital un casco colonial antiguo que por sí solo merece el viaje. Está bastante recuperado y es en general seguro durante el día. Un paseo por sus calles, combinado con una visita al museo del Canal, totalmente rediseñado y muy agradable, suma ya una excusa perfecta para ir a visitar a nuestro más cercano vecino del norte.


Si a esto le agrega el tema de las compras en puerto libre y las posibilidades de hacer turismo de playa e incluso visitar las paradisíacas islas de San Blas para adquirir de los propios artesanos las famosas molas indígenas, ya Panamá justifica un viaje exclusivo. Más aún puede decirse de Costa Rica, en donde puede disfrutarse con relativa seguridad de exóticos paseos a playas en ambos océanos y a parques naturales e inquietantes volcanes, que atraen turistas de los cinco continentes desde hace décadas.

Donde la cuestión se hace más difícil es en Guatemala, Salvador y Honduras, porque tras los acuerdos de paz, grupos organizados delincuenciales han crecido sobremanera causando zozobra. No obstante, tomando ciertas precauciones, he diseñado este itinerario que yo mismo ensayé hace poco, viajando incluso con niños, y que comprende lugares claves de dichos países, y otros de Belice y México.

Hay dos formas de conocer los puntos más interesantes de esta ruta. La primera y más cómoda, aunque puede ser más cara, es escoger dos o tres lugares de la misma y desplazarse en avión desde ellos hasta las atracciones turísticas. La otra, más fatigante, excitante y económica, es empezar de un extremo de la ruta y darle la vuelta a la región regresando al mismo lugar para tomar el avión de vuelta.

En el primero de los casos, el de los viajeros con más dinero y no muy dispuestos a la fatiga, el visitante puede usar como cuarteles generales hoteles de buena calidad e incluso lujosos en Cancún o en otras ciudades costeras en la península de Yucatán en México, teniendo algunos cuidados, sobre todo por la noche o fuera de las zonas turísticas. Desde allí puede desplazarse a las principales atracciones. La mayoría son paseos de un día, pero conviene en algunos casos pernoctar en el lugar y regresar al día siguiente. Estos son los lugares imperdibles:


    1.  Las impresionantes ruinas mayas de Chichen Itzá, uno de los lugares del mundo que todo viajero quiere visitar algún día.
    2.  Las ruinas mayas de Tulum, únicas al borde del mar, con posibilidad de bañarse en las playas que antes eran el centro del comercio maya.
    3.  Playa del Carmen: con su vibrante paseo comercial playero, llamado la Quinta Avenida, donde podrá demostrar que un colombiano que se respete no se deja estafar por otro latinoamericano.
    4.  Los Cenotes: hermosos pozos de agua dulce en cavernas, en los que se puede nadar entre estalagmitas y hasta hacer espeleología (recomiendo el Dos Ojos).
    5.  La histórica ciudad de Valladolid: con su antigua catedral en pueblo indígena y su propio Cenote restaurante (que puede combinarse con Chichen Itzá por ser cercanos).
    6.  La orgullosa y bien cuidada ciudad de Mérida, que merece una noche para oír sus conciertos y deleitarse con su comida de origen maya, además de visitar la restaurada Casa de Montejo (1549).
    7. Uxmal: las más preciosas ruinas mayas en mi concepto, poco visitadas por distantes pero, que al estar cerca de Mérida puede combinarse un viaje de dos días a ambos lugares. En ellas se permite el acceso a la pirámide inconclusa y si uno duerme en los confortables hoteles anexos, puede disfrutar en las noches del espectáculo de luz y sonido.
    8. Campeche: la Cartagena de Yucatán, no está tan entera ni es tan encantadora como la nuestra, pero merece el viaje por sus murallas en parte visibles, por sus casitas antiguas recuperadas y llenas de color, además del bien conservado Fuerte de San Miguel. Es distante y debe dormirse allí para visitar además las vecinas y muy importante ruinas mayas de Edzná y Becal, y sus reservas naturales.
    9. Si hay dinero en abundancia puede ir a los carísimos parques de recreación costeros de la zona de Cancún y Playa del Carmen, donde incorporan a la naturaleza todo tipo de comodidades, deportes extremos y espectáculos.
    10. Y por supuesto hay que tratar de bucear o hacer esnórquel en Isla Mujeres o Cozumel o a lo largo de toda la costa, tratando de no dejarse cobrar mas de lo debido por la indiscriminada y nada controlada oferta turística al respecto.

 

El otro cuartel general para quien no desea viajar en plan mochilero, es un hotel bueno o incluso lujoso en Antigua en Guatemala o en la costa pacífica del Salvador, y desde ellos visitar los lugares que relaciono a continuación, si es posible en toures organizados por agencias o por el mismo hotel durante el día, por razones de seguridad:


  •  La ciudad colonial de Antigua con sus calles empedradas y sus antiguos conventos. Se puede caminar sin problema de día y con alguna precaución en la noche. Imperdible a cualquier hora el encantador paseo peatonal, lleno de tiendas y restaurantes típicos.
  •  El lago de Atitlán, rodeado por majestuosos volcanes, bien para verlo desde la orilla o si se quiere ir navegando entre sus pueblos.
  • La ciudad guatemalteca del sincretismo religioso de Chichicastenango, con sus iglesias, mercados y fiestas.
  • La más ordenada ciudad de Quetzaltenango en Guatemala, donde se pueden comprar las mejores telas de fabricación indígena y desde la cual se puede visitar hermosos volcanes.
  •  La zona del Río Dulce, por su naturaleza y tranquilidad, a mitad de camino entre Guatemala y Flores.
  •  La isla guatemalteca de Flores, que tiene algún encanto por estar en medio de un lago y no tener construcciones muy nuevas o altas, pero que es sobre todo punto de partida para ir a la imperdible Tikal. Es mejor por seguridad ir en avión desde la capital, aunque en ese caso se pierde de ver Río Dulce.
  •  La escondida playa de Monterrico en el pacífico guatemalteco, con sus manglares y sus inmensas playas de arena negra, donde los niños pueden liberar en el mar a las tortugas recién nacidas en cautiverio.
  •  Belice, donde se habla inglés, para visitar algunas ruinas o la gran barrera de coral, donde existe una infraestructura turística diseñada casi exclusivamente para personas muy ricas.
  •  Los volcanes y parques naturales de El Salvador, y la propia capital, que se aconseja visitar con toures organizados desde los hoteles, por motivos de seguridad.
  •  Las ruinas mayas de Copán en Honduras, las mejores para muchos, a las que se llega desde la costa salvadoreña o desde Antigua en Guatemala.
Por: David Roll

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