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Desafiando alturas

Suramérica cuenta con cumbres reconocidas en el mundo por los amantes del montañismo. Las opciones son muchas: Desde la selva amazónica hasta los volcanes donde inicia la Patagonia. Presentamos algunas de esas cumbres que cualquier turista de aventura debe explorar por lo menos una vez en la vida.

Volcán Lanín, Chile

El Lanín domina todo el parque nacional que lleva su nombre, al sur de la provincia de Neuquén. Su cima, a 3.776 metros de altura, es una tentación para el turista de aventuras, con o sin experiencia.

Para llegar al Lanín se parte de la localidad de Junín de los Andes. La montaña posee una base de casi 20 kilómetros de diámetro y dos lagos a sus pies: el Tromen al norte y el Huechulaufquen, con su brazo Paimún, al sur. Para encarar la Ruta Norte, la más accequible, se inicia la marcha desde el puesto de guardaparques Tromen, y se puede realizar en dos o tres días. Su ascenso es tranquilo y parejo, en particular hasta el refugio del RIM 26, a unos 2.450 msnm.

Si te animas, ten en cuenta que para ascender al Lanín es obligatorio registrarse en la Seccional de Guardaparques. Si es por la cara norte, debes acudir a la seccional Río Turbio (Tromen) y si es por el sur, acude a Puerto Canoa (Huechulafquen).

Para tener en cuenta: Los ascensos entre mayo y noviembre se encuentran limitados según las condiciones del tiempo. Operadores como Andestrack Expediciones (andestrack.com.ar) ofrece planes de dos días, saliendo desde San Martin de los Andes.

Cerro el Plomo, Chile

El cerro El Plomo se impone como un gigante dominando el valle de Santiago. Su presencia majestuosa maravilló a los Incas, quienes subieron a su cumbre para hacer rituales, construcciones en piedra e incluso sacrificios humanos. La momia encontrada en la cumbre en febrero de 1954, por el arriero Luis Gerardo Ríos, es un fiel testimonio de la importancia de El Plomo para los Incas. Muchos años han pasado y el cerro sigue estando ahí, grandioso y mágico; cautivando a los amantes de la montaña, quienes rememoran al Inca en su procesión a la cima.

Hay tres accesos posibles para ascender las rutas de la cara oeste del Plomo: desde Valle Nevado, a través del cerro Tres Puntas; desde La Parva, a través del portezuelo y laguna de Piuquenes; o desde Cancha de Carreras, siguiendo el sendero que desciende hacia el refugio Federación.

No obstante, para cualquiera de estas alternativas, lo primero es llegar al poblado de Farellones, a unos 40 kilómetros de Santiago.

La mejor jornada para ascender hasta la cumbre se inicia muy temprano (5:00 a.m.) y en total todo el ascenso toma entre seis a ocho horas, dependiendo de la condición física de los aventureros. Allí la vista panorámica que se ofrece al visitante es grandiosa. Desde las nevadas cumbres del cerro Mercedario, frente a la ciudad de Los Vilos por el norte, hasta la inconfundible silueta del volcán Palomo, ubicado frente a San Fernando por el sur. Hacia el noreste, el gigante Aconcagua se destaca por sobre todas las otras montañas, y más cerca del cerro El Plomo, una intrincada red de glaciares. El regreso, una vez alcanzada la anhelada cima, toma entre tres a cuatro horas hasta el campo base.

Ten en cuenta que las mejores fechas para la ascensión de El Plomo van de diciembre a abril. Operadores como Ecoexplorer (ecoexplorer.cl) ofrece planes desde cuatro días.

Chopicalqui, Perú

 

Muchos lo consideran como el hermano menor del Huascarán. Y puede que tengan razón, ya que justamente está ubicado detrás de ese macizo nevado de los Andes Peruanos.

Existen dos tipos de picos en el glaciar; la diferencia radica en la altura: uno es de 5.300 m.s.n.m. y el otro aproximadamente 5.600 m.s.n.m.; la elección depende del estado físico del turista. No obstante, quien llega a ese país lo puede escalar sin mayor preparación en cuanto a altura, en programas de nueve días, con dos jornadas de aclimatación y una semana completa en actividades de montaña.

Los escaladores suelen comenzar en la ciudad de Huaraz. A partir de ahí, un viaje a la ciudad de Yungay los lleva cerca de los campamentos cercanos, tanto para Chopicalqui, el Huascarán y alrededores.

 

Pico de la neblina, Brasil

 

Esta misteriosa montaña, más que poner a prueba habilidades típicas del andinismo, ofrece desafíos de exploración en las selvas vírgenes del Amazonas, en la zona donde Brasil toca la frontera con Venezuela, y donde hacen su hogar las comunidades yanomamis. El Pico da Neblina, con sus 2.993 metros de altura, está cerrado al turismo masivo y aventurarse a su cumbre puede tomar más de 15 días, donde se incluyen largos trekking por selva, navegaciones por el río Cuburis, experiencias en 4×4 y, finalmente, el ascenso a la rocosa cumbre, a la cual se accede escalando con la ayuda de pasamanos de cuerdas fijas.

Es una aventura extenuante, a menos que uno esté acostumbrado a luchar con las alimañas de la selva y la humedad de un área donde caen más 4.000mm de agua al año. Otra pelea difícil que se da en la zona es la de los mismos yanomamis: la etnia se enfrenta contra la minería ilegal de oro, los usos abusivos de la selva, así como las enfermedades que trajo el hombre blanco. Visitar la zona significa necesariamente entrar en negociaciones con ellos a través de algunas de las organizaciones que los representan.

 

Cotopaxi, Ecuador

Es el segundo volcán más alto de Ecuador y uno de los volcanes activos más altos del planeta. Está ubicado a dos horas hacia el sur de Quito, en la región andina, y muchos visitan el país solamente para escalarlo, pues es prácticamente un requisito si se quiere llegar a cumbres más altas y complicadas. La ascensión al Cotopaxi no es difícil, pero es necesario tener experiencia previa en montañismo y un muy buen estado físico. Para escalar el Cotopaxi se necesitan dos días. En el primero se llega, luego de un ascenso fácil, hasta el refugio José Ribas (4800 msnm), y en el segundo día, a la medianoche, se parte hasta la cumbre del Cotopaxi, a donde se llega en aproximadamente 6 horas.

Las mejores temporadas para escalar este volcán son de junio a septiembre, y de noviembre a febrero.

Torres del Paine, Chile

Es muy probable que el italiano Pierino Pession, primero en escalar uno de los picos del Parque Nacional Torres del Paine -La Torre Norte o Monzino que alcanza 2.600 m.s.n.m. -, haya agradecido a los dioses por los cataclismos que, hace 12 millones de años, provocaron que estas enormes y moldeadas torres del tipo plutónico emergieran sobre la corteza terrestre.

Y si bien en pleno siglo XXI la mayoría de los cerros de Las Torres del Paine han sido escalados, hay que decir que los hombres y mujeres que han logrado estas hazañas son profesionales… el clima y la roca hacen que esta sea una escalada muy técnica.

Existen dos circuitos clásicos: el más corto y sencillo, que pasa por los principales hitos del parque, es la denominada “W”, que recorre alrededor de 60 km. Se realiza en un promedio de cinco días y no hace falta ser un gran deportista o un experto para hacerlo. Más largo y desafiante, es el circuito de la “O”, que recorre 120 km en un tiempo aproximado entre 8 y 10 días. La temporada ideal para hacerlos es entre los meses de diciembre y marzo.

Si estás interesado en escalar en el Parque Nacional Torres del Paine, no olvides que debes solicitar un permiso con ese fin, el cual debe ser tramitado personalmente en la sede administrativa del parque.

                                                  Alpinismo en el mundo

  • Mont Blanc: situado entre Francia e Italia, se trata de una de las montañas más emblemáticas de la cordillera de los Alpes. La ascensión de sus 4.810 metros no es nada desdeñable. Las ciudades más próximas son Courmayeur, en Italia, y Chamonix, en la vertiente francesa.
  • Monte Vinson: la ascensión al monte más alto de la Antártida (4.897 metros) tiene un ingrediente adicional: temperaturas extremadamente frías, que pueden llegar muy por debajo de los 40 grados bajo cero. Sin embargo, para los alpinistas que consiguen llegar a la cumbre, la visión inolvidable de las heladas montañas del continente blanco es una recompensa que hace que el esfuerzo merezca la pena.
  • Annapurna: con sus 8.091 metros de altura, el Annapurna es la décima cumbre más alta del mundo. Forma parte de un macizo con su mismo nombre, de unos 55 kilómetros de longitud, situado en Nepal, en plena cordillera del Himalaya. Cada año son numerosos los alpinistas que se atreven a realizar el reto de subir esta montaña considerada, además de peligrosa, el primer “Ochomil” escalado por el hombre.
  • Everest: Se sitúa en la cordillera del Himalaya, Nepal y el Tibet, y está formado por dos crestas: la principal, de 8.848 metros de altura, y el pico sur, de 8.748 metros. Hoy son más de 1.500 personas que han escalado la que es considerada la montaña más alta del mundo. Ya sea que pienses llegar a la cumbre o no, hacer senderismo hasta la base del Everest, es uno de los cinco mejores recorridos de Nepal.
  • Kilimanjaro: este volcán durmiente es la montaña aislada más alta del mundo, y también el techo de África. Se encuentra entre Kenia y Tanzania y mide 5.895 metros de altura. Los masai la denominan Ngage Ngai.

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