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Huila, diversa y natural

Huila es sinónimo de bambuco, tamal, achiras, café, arqueología… pero además de su legado cultural, es un destino cargado de lugares asombrosos y experiencias únicas para el viajero.

Imagine una región colombiana en donde uno pueda conocer los rastros de una cultura de hace más de 3.000 años, descender a pie hasta la base de una caída de agua de 400 metros, relajarse en termales rodeados de árboles de naranja y mango, embelesarse con aromas y sabores de cafés únicos y hasta ir a la caza de estrellas fugaces en medio de un desierto…

Es que si hay en departamento en Colombia en donde la naturaleza actúe como alcahueta para ofrecer experiencias diferentes y fuera de lo común a los viajeros, es Huila. Claro, también es el lugar en donde se come asado huilense o tamal y se realizan anualmente las fiestas de San Pedro como una tradición que consiguió un récord Guinness en 2013, cuando 555 parejas bailaron al unísono el sanjuanero (baile folclórico).

Luego de llegar a Neiva, su capital, acondicionarse a una temperatura de 26 grados, saborear un refrescante jugo de cholupa (fruta autóctona), y descubrir la amabilidad de la gente opita, se está listo para iniciar el recorrido por algunos de sus 37 municipios. 

La primera parada es el municipio de Rivera, a 25 minutos de Neiva, tomando por la ruta sur. Un sitio reconocido por sus aguas termales no azufradas.

Al internarse en la cordillera se abre una amplia oferta de hostales, fincas de recreo, miradores y los termales de los Ángeles, un lugar que cuenta con tres piscinas en roca donde el agua con sales minerales brota de la tierra con diferentes temperaturas, para brindar bienestar.

Experiencia cafetera


Para quienes buscan experiencias de turismo rural, un buen plan es visitar alguna hacienda cafetera en municipios como Gigante, la Plata y Garzón.

Es que más de una decena de haciendas que aparecen entre senderos colmados de cafetales se constituyen desde hace varios años en una buena alternativa para descansar y conocer de cerca el proceso de producción del grano emblema nacional. Allí, además del tema cafetero, existe la opción para el viajero de hacer salidas ecológicas, cabalgatas y hasta de acampar.

Para que la experiencia sea completa, una buena opción es alojarse en el hotel Kahvé, fundado por la Cooperativa Central de Caficultores del Huila, cuyo concepto de colores, olores y sensaciones tiene el objetivo de transportar al huésped a vivir “un sueño de café”. (hotelkahve.co)

 

Un pueblo de brujas

A cinco kilómetros de Garzón, otro imperdible para el viajero es La Jagua. Aquí no espantan, pero la mayoría de los habitantes de este pueblo de artesanos de fique, enclavado en las montañas del sur del Huila, vive de las brujas.

Los viejos de este caserío de 1.470 habitantes, en jurisdicción de Garzón, cuentan que las historias de estos seres vienen de hace más de cuatro siglos, cuando este lugar era epicentro ceremonial de un pueblo de brujas y brujos del sur. Por este motivo, se organiza el Festival de las Brujas de La Jagua, un gran aquelarre en el mes de noviembre que incluye exposiciones artísticas, noches de embrujo, música tradicional, fogatas y el reconocido concurso de la bruja más chismosa y más fea.

Si se anima a visitarlo, aproveche para caminar por sus calles empedradas y para refrescarse bajo la sombra de uno de los frondosos árboles con que cuenta su parque principal.

San Agustín, capital arqueológica

Si se sigue por el sur del departamento, llegará a uno de los atractivos más visitados del Huila: El Parque Arqueológico de San Agustín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. 

El recorrido entre árboles y las llamativas estatuas precolombinas se hace entre 3 y 4 horas, así que lo mejor es ir preparado con ropa y zapatos cómodos. Si bien todo el parque exhibe vestigios de la cultura agustiniana, vale la pena detenerse en Cuatro Mesitas (Mesitas A, B, C Y D) en donde se encuentran monumentos a la vida, la muerte y a animales como la serpiente, el águila, el mico, el caimán y el jaguar, a los que se les atribuían poderes especiales.

La entrada tiene un costo de $25.000 y además del recorrido, se pueden comprar recuerdos típicos.

Pero no solo en San Agustín se encuentran las evidencias del legado de una cultura que existió hace más de 3.000 años. A 4, 5 kilómetros del municipio, se encuentra La Chaquira, un imponente cañón con un mirador adecuado con escaleras desde donde se pueden apreciar cinco caídas de agua sobre el río Magdalena. Lo mejor de este lugar es que sus rocas talladas no fueron excavadas ni restauradas por arqueólogos. Tampoco hacen parte de ningún entierro funerario y por ende se conservan en su lugar original.

Si se cuenta con buen físico, se puede acceder a pie a través de un sendero. Si quiere evitar la fatiga, lo mejor es alquilar un caballo.

Adrenalina y ecoturismo

En inmediaciones de San Agustín están algunos de los tramos del río Magdalena en donde se puede practicar rafting. Hay recorridos con niveles I y II, siendo uno de los más frecuentes el que sale del Puente de Isnos.

Saladoblanco, a dos horas de San Agustín, también ofrece opciones para quienes tiene alma aventurera. Senderismo, ciclomontañismo, escalada entre rocas y cascadas, así como disfrutar de las fuentes termales de Morelia, son algunas de las actividades que se pueden realizar.

Ya en la parte alta del pueblo, se encuentra el inicio del inmenso Parque Nacional de Puracé.

Vale la pena desplazarse a 40 minutos del pueblo para encontrarse con el Salto de Bordones, una cascada con una caída de 400 metros. Si uno tiene energía suficiente y alma aventurera, puede animarse a caminar con precaución hasta la base de la cascada ¡Son tres horas de intenso ejercicio! 

Eso sí, es imperdonable no sacar espacio en el itinerario para visitar Pitalito, el segundo municipio más poblado del Huila y reconocido por sus caballistas y chalanes, por las fiestas de San Pedro, por su café que ha sido premiado en varias oportunidades con la “Taza de la excelencia” y por las artesanías tejidas en fibra de plátano, cerámicas, trabajos en madera…

Aproveche la visita a Pitalito para llevar de recuerdo chivas, ese bus tradicional que se emplea como transporte en los pueblos en Colombia y que sirve para llevar personas, enseres, gallinas y otros animales. Visite la casa de Cecilia Vargas Muñoz, quien moldea las mejores chivas de la región desde hace más de 40 años.

La Tatacoa

Al otro extremo del departamento, en la zona norte y a 45 minutos de Neiva, en el municipio de Villavieja se encuentra uno de los escenarios naturales más atractivos de Colombia: el desierto de la Tatacoa, bautizado Valle de las Tristezas por el español Gonzalo Jiménez de Quesada.

Para llegar, desde la terminal de Villavieja salen carros colectivos en un recorrido que toma aproximadamente 45 minutos.

Una buena zona para ver estrellas y constelaciones es el Observatorio Astrónomico. De hecho, este lugar es sede cada mes de julio de la Fiesta de las Estrellas o Star Party, el único evento en Colombia que congrega a astrónomos nacionales y extranjeros para hacer observaciones bajo el clima cálido seco de la Tatacoa.

Aquí, un buen plan es acampar una noche y participar en las charlas educativas y en la observación del firmamento.

Si quiere dormir más cómodo, hay que caminar hacia la zona de Los Hoyos, en donde hay hospedaje en posadas turísticas y una piscina de aguas freáticas. Zambullirse allí, después de una caminata en el denominado Valle de Los fantasmas, ¡no tiene precio!

Datos de interés…

  • Huila tiene seis Parques Nacionales Naturales. Dos se localizan sobre la Cordillera central (Puracé y Nevado del Huila), y los otros sobre la Oriental (Los Picachos, Cueva de los Guácharos, Sumapaz y Churumbelos).
  • La temperatura promedio es de 24 grados centígrados.
  • En el Huila se puede disfrutar de comida afrodisiaca con jugos como el Boxeador o el Matrimonio, y los estimulantes caldos de ministro, de cucha, de huevos de pescado o de ojo de res, que prometen levantar hasta un muerto.
  • A Huila se llega en avión hasta el aeropuerto Benito Salas de Neiva, a donde arriban vuelos domésticos desde las principales ciudades con conexión en Bogotá. El destino es operado por Avianca y Easy Fly. Si lo prefiere, por vía terrestre desde Bogotá son 362 kilómetros de distancia.
  • Gracias a su gran variedad de eventos y lugares, el Huila puede ser visitado en cualquier época del año. 

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