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Imperdibles en Kenia

Kenia es inevitable: demasiado completo y hermoso para perdérselo. Cimas nevadas, sabanas interminables, enormes lagos, desiertos, selvas tropicales y 400 kilómetros de playas dispersas por el índico ¿Por dónde empezar? 

Nairobi es la capital keniana, una ciudad llena de contrastes en donde hay que visitar el Museo Nacional, para ver su impresionante colección de arte rupestre, y la Casa Museo de Karen Blixen. 

Hacia el sur la primera parada puede ser el Parque Nacional Amboseli, famoso por tener como telón de fondo al tanzano monte Kilimanjaro, y por ser escenario de vuelos en ultraligero y en globo. Una manera segura de captar la majestuosidad del paisaje y de las manadas de elefantes y felinos cazando. Una vez allí, para pasear lo mejor es esperar a la tarde, que es cuando hay menos gente. 


Si desea hospedarse en el lugar, encontrará muchas opciones. El Amboseli Serena Lodge, por ejemplo, está construido al estilo de las casas massai, y además de ofrecer una piscina cuenta con espectáculos diarios. Si desea un albergue más vivencial, el Ol Tukai Lodge es una buena opción ya que todos los huéspedes se preparan su propia comida, al estilo massai. Otra alternativa es el Kilimanjaro Safari Lodge, donde se filmó la película “Las nieves del Kilimanjaro”. 

Más al sur está Tsavo, el parque nacional más grande de Kenia. La autopista que une Nairobi con Mombasa dividió el parque dando lugar a Tsavo West (9.000 kilómetros cuadrados) y Tsavo East (12.000 kilómetros cuadrados). Sus paisajes se encuentran entre los más impresionantes de Kenia y su fauna, menos acostumbrada a los visitantes, muestra un comportamiento más salvaje y menos apacible. 

Luego se llega a Mombasa y a su costa de arena blanca y aguas azules. Hay que perderse por las calles de arquitectura típicamente árabe de su ciudad vieja o visitar el Fort Jesus, un fuerte portugués construido en 1593 y uno de los edificios europeos más antiguos de África. Para terminar el día saboreando la gastronomía de la caosta, no hay nada mejor que embarcarse en un tradiciona barco suahili (Dhow) y recorrer el canal de Mombasa para ver el atardecer. 

Muy turísticas y también muy bellas: Diani, Malindi y la histórica Lamu. En esta última, su parte antigua pareciera que el tiempo se detuvo hace siglos. No se ve ni un solo vehículo; de hecho, no existen. El transporte se limita a caminar o movilizarse a lomo de burro.

Al sur de Lamu se encuentra el parque Marino Malindi que cuenta con una de las barreras de coral más bellas del mundo. Sus aguas, verde esmeralda, y sus playas casi desiertas, invitan al relax y a la práctica de deportes como el buceo o el esnórquel. Imperdible sacar unas horas para disfrutar las playas de Watamu o para escaparse a Mida Creek, una pequeña cala con cuevas marinas y piscinas naturales entre rocas. Es un lugar perfecto para almorzar y disfrutar de la gran variedad de peces y vegetación que se puede observar a simple vista y un lugar privilegiado para avistamiento de aves.  

Ruta Norte

De Nairobi al norte y oeste, el país mantiene el pulso, incluso mejora, al menos al ofrecer un mundo no tan contaminado por el turismo. El Masai Mara, ¿qué decir? Un ícono maravilloso donde se ven felinos, algo muy complicado en otros parques, hasta aburrirse. Precioso, genial, pero en determinadas temporadas con demasiados vehículos. La gran migración, cruzando el río Mara, es como en el Serengueti: un show, un regalo de sus cebras y cocodrilos en una danza por la supervivencia. 

Las tribus masái son la otra imagen del parque. Lo más parecido a una ciudad se encuentra a la puerta del parque, Maasai Mara Town. Después solo se ven pequeños poblados dispersos entre la sabana. Entre estos núcleos de población hay varios destinados a mostrar al turista el modo de vida masái y sus ritos más atávicos. Los masái, gustosos, muestran al visitante cómo es la organización de sus manyattas (poblado). 

A la hora de dormir, lo más habitual es hospedarse en un hotelcampamento, es decir, un recinto protegido, con tiendas de campaña de lujo y varios espacios comunes (piscina, comedores, salas de reuniones, recepción, boutiques…). Uno de estos hoteles es el Sarova Mara Game Camp (Sarova Hotels ), un complejo compuesto por 73 tiendas de campaña, veinte de ellas de lujo, otras 51 estándar y dos familiares. Otros campamentos, son Leleshwa Camp, Mara Explorer Camp, Mara Intrepids Center Camp y Kichwa Tembo Tented Camp. 


Ahora, si se piensa solo en observar a los denominados “Big Five” (Cinco grandes), es decir al elefante, el león, el leopardo, el búfalo y el rinoceronte, hay que visitar el parque nacional de Aberdares, de 770 kilómetros de extensión; un bosque encantado y lo mejor de todo, poco frecuentado. Posee espectaculares saltos de agua, como el Keruru Kahuru de 270 metros y el Gura de 240 metros en el área sur, o las Chania Falls en el sector central del parque. A la hora de alojarse, una buena opción es The Ark. Se compone de tres plantas con varias salas de observación y un búnker a ras del suelo desde donde se puede disfrutar (a escasos metros) de la fauna silvestre que se acerca a beber a un pozo construido justo al lado. Elefantes, búfalos, antílopes jeroglíficos, mangostas y facóceros son visitantes habituales, así como rinocerontes, leones y hienas. 

Otro imperdible sobre esta ruta es el parque del lago Nakuru, (a 157 kilómetros de Nairobi). Un rico santuario para las aves. El lago que da nombre al parque es de aguas alcalinas, y en torno a él se concentran numerosas aves migratorias en determinados meses del año. El flamenco es la especie más emblemática del parque, pero también otras aves como el águila pescadora africana, el martín pescador pío o el águila negra africana. 

Además de las aves, Nakuru también es refugio de leones, leopardos, las amenazadas jirafas de Rothschild, cebras, búfalos, primates y rinocerontes. 

RECOMENDACIONES PARA EL VIAJERO 


CÓMO LLEGAR 

Desde Bogotá es posible viajar vía Avianca por Londres y conectar vía Kenia Airways a Nairobi. También existe la opción vía KLM conectando por Ámsterdam, o con Air France vía París. 

CUÁNDO IR 

La mejor época para la visita es entre los meses de septiembre y febrero. Es la estación seca, muy adecuada para visitar los parques, ya que no existen problemas de acceso por las inundaciones y se controlan mejor los movimientos de los animales que acuden a beber a las charcos y lagunas. La estación lluviosa abarca los meses de abril a junio. 

DÓNDE DORMIR 

Kandili Camp, en el Masai Mara, que permite pasear entre los animales salvajes, y el Tawi Lodge, de lujo y con vistas al Kilimajaro, en Amboseli. 

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