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Itapúa y Misiones

Dos departamentos que se mueven bajo el signo del turismo

El sur del Paraguay abarca un extenso territorio donde tienen cabida dos departamentos que se caracterizan por exhibir campos naturales, terrenos ondulados con escasas elevaciones, planicies, humedales y una extensa red de cursos de agua que favorecen la cría de ganado, la producción de arroz en escala, la pesca y la agricultura en general.

Los departamentos de Misiones e Itapúa conforman esta porción de la geografía nacional y en ellas se reflejan afinidades pero también marcadas diferencias en su conformación territorial.

Departamento de Misiones

Es un territorio cuya característica básica son los terrenos bajos y húmedos, planicies con algunas ondulaciones y abundancia de agua. Históricamente reporta haber sido el centro de la evangelización jesuítica con sus reducciones de San Ignacio Guasu, Santa Rosa, Santiago y Santa María de Fe. En estas ciudades pueden observarse templos, museos, colecciones de imágenes y construcciones de aquella época. El circuito se interconecta con una red vial de buena calidad y se complementa con un servicio hotelero y gastronómico que se extiende a establecimientos rurales.

La capital de este departamento es San Juan Bautista, distante 200 km. de Asunción. Es importante centro de producción agrícola y ganadera y sede de instituciones oficiales y culturales. En esta ciudad y en toda la comarca misionera perduran tradiciones camperas que se manifiestan en festivales y competencias: la doma de potros, la corrida de toros, las carreras de caballos, el juego de la sortija y otras prácticas propias de la vida de campo que se renuevan constantemente en eventos de gran concurrencia.

Las otras ciudades son San Ignacio Guazú, que conserva en su museo diocesano preciosas piezas de la época jesuítica. La herencia dejada por los evangelizadores jesuitas tiene marcada vigencia en la comunidad de Misiones y con el tiempo, algunos actos se revisten de religiosidad popular y trascienden los meros límites locales para constituirse en máxima atracción como la procesión del Viernes Santo, que se inicia en el barrio Tañarandy, es acompañada con imágenes, luminarias, grupos de cantores (estacioneros), miles de fieles y finaliza con la recreación, en vivo, de famosos cuadros pictóricos o escultóricos inspirados en la pasión y muerte de Cristo.

Santa Rosa es otra ciudad donde se conserva un precioso patrimonio de la era jesuítica. La Casa de Indios, la capilla Nuestra Señora de Loreto, el campanario jesuítico original y frescos pintados por los nativos de esas tierras son muestras de un pasado que aglutinó a evangelizadores y a la población indígena y juntos penetraron en los arcanos de la fe y produjeron maravillas en la absorción de las artes y la cultura.

Dentro de las tradiciones que caracterizan a este pueblo misionero se ha introducido el juego que internacionalmente se conoce como “la corrida de San Fermín”. Esta prueba se lleva a cabo en el día de Santa Rosa, 30 de agosto, fiesta patronal de la ciudad y cuenta con crecido número de adeptos.

Santiago

Conserva construcciones e imágenes de la época de las reducciones. Los puntos altos de Santiago son la Fiesta de la Tradición Misionera, donde reluce la estampa de los jinetes, linajudas familias despliegan sus banderas y blasones, la ciudad entera se convierte en un parque de fiesta y la gastronomía típica inunda de sabores las calles, las plazas y todos los espacios abiertos de la comunidad. También en esta ciudad (estancia Tacuaty) se realiza el Festival Latinoamericano de la Doma y el Folklore que todos los años, en el mes de enero, convoca a domadores, músicos y payadores de Argentina, Brasil y Uruguay.

Otro pueblo jesuítico que atrae es Santa María de Fe. Apacible lugar donde existe un museo que guarda piezas de gran valor artístico y cultural. Una nota diferente en esta ciudad es la comunidad de simios que viven en los árboles de la plaza central y es alimentada por los vecinos del lugar.

Los datos históricos señalan que en tiempo de las reducciones aquí funcionó la primera imprenta y de aquí partieron contingentes para fundar otros centros de evangelización. En el siglo XIX vivió aquí confinado, el sabio naturalista francés Amado Bonpland.

El recorrido departamental incluye a Villa Florida, a orillas del río Tebicuary que ofrece vastas playas de arena blanca y conocidos recodos propicios para la pesca. Villa Florida queda a 162 kilómetros de Asunción y es la puerta de entrada al Departamento de las Misiones.

San Miguel

Otro municipio misionero en la misma ruta departamental. En época de las reducciones formaba parte de los extensos campos destinados a la cría de ganado vacuno. Con el tiempo, se introdujo en este distrito el ganado ovino y con ello la
población adquirió la exclusiva cualidad de productora de lana.

Este insumo desarrolló la artesanía en lana que con rústicos telares y habilidosas manos se traduce en prendas de vestir, cobertores, hamacas, alfombras que se exhiben a lo largo de la ruta que la cruza y que todos los años tiene en junio su festival folklórico ”Ovecha ragüe”, que quiere decir “Festival de la lana”. A la vera del río Paraná se encuentra la ciudad de Ayolas, la más próxima a la represa hidroeléctrica de Yacyreta. Es famosa por sus pozos de pesca y por el movimiento comercial generado por acción de la misma hidroeléctrica. En su cercanía se encuentra el refugio de fauna “Atinguy”, donde el visitante puede observar esbeltos ejemplares de ciervos, aguara guasu, jaguareté, monos y gran variedad de aves. La ciudad cuenta con buena infraestructura hotelera.

Departamento de Itapúa

Este departamento que se extiende en la ribera derecha del río Paraná tiene en su parte norte una zona de tierras altas muy bien regadas por pequeños ríos y grandes arroyos. En su faja central predominan suelos aptos para la agricultura y más al sur tiene tierras bajas apropiadas para el pastoreo.

Por la calidad y diversidad de su gente, por el volumen y variedad de su producción y por su clima, este departamento es conocido como “el crisol de razas” y como “el más rico del Paraguay”. En sus distritos viven colectividades de alemanes, ucranianos, holandeses, belgas, japoneses, brasileños, eslavos, polacos e inmigrantes de otra procedencia que se integraron totalmente a la forma de vida nacional, pero sin perder sus rasgos culturales originarios.

Itapúa es el depositario de tres de las grandes reducciones jesuíticas que existieron en el Paraguay: Santísima Trinidad del Paraná, Jesús de Tavarangüe y San Cosme y San Damián.Santísima Trinidad ofrece el recorrido cultural “Luces y Sonido”, Jesús de Tavarangüe su imponente estructura inconclusa y San Cosme y San Damián, el agregado de su Centro de Interpretación Astronómica “Buenaventura Suárez”.Esta última localidad tiene además el atractivo de las dunas en el embalse de la represa de Yacyreta, concurrido sitio donde los visitantes disfrutan del paisaje y tienen una rara sensación al remontar los cerros de arena que se deshacen bajo sus pies.
Trinidad y Jesús fueron declarados Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO en 1993.

Su capital es la ciudad de Encarnación, recientemente sometida a obras de gran envergadura por la terminación de la represa de Yacyreta. Nuevas rutas de acceso, largos puentes, acondicionamiento de costas, avenidas costaneras, playas de arena blanca, nuevas zonas urbanizadas, moderno aeropuerto y otros emprendimientos le confieren una nueva fisonomía, pero sin perder su identidad histórica forjada por el proceso de incorporación de colectividades extranjeras que le pintan con una estampa cosmopolita. Se encuentra unida a la ciudad argentina de Posadas por el puente “San Roque González de Santa Cruz”, que viabiliza todo el flujo comercial y turístico entre las dos orillas.

La actividad más atractiva de la ciudad de Encarnación es su fiesta de carnaval. Todos los años, en el mes de febrero, los corsos organizados por una comisión municipal motivan la participación de todas las entidades organizadas de la ciudad y la concurrencia de miles de turistas nacionales y extranjeros.

La realización de los corsos en Encarnación ya tiene una larga historia, pero su relevancia ha crecido en los últimos 25 años cuando las instituciones sociales, culturales y deportivas dedicaron más tiempo en su preparación, más brillo en sus presentaciones y le dieron la dimensión de los grandes acontecimientos.

Carmen del Paraná

“la capital del arroz”, con nuevas costas sobre el río Paraná, es otro destino para los turistas; Hohenau, Obligado y Bella Vista integran “las colonias unidas” conocidas por su gran laboriosidad, su organización cooperativa, su gran producción de yerba mate y por los rasgos de su diversidad cultural.

Itapúa alberga a 30 distritos municipales diseminados a lo largo de las rutas 1 y 6, ruta Graneros del Sur o la ribera derecha del río Paraná. Todos ellos cuentan con servicios turísticos de buena calidad.

Tanto el Departamento de Misiones como el de Itapúa están servidos por la Ruta N° 1 “Mariscal López”, cuyo trazado pasa por las principales ciudades y tiene su punto final en Encarnación (370 km de Asunción).

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