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Laponia Sueca

El sol que nunca duerme

Existen zonas del planeta donde en el transcurso de determinados períodos del año hay luz solar durante las 24 horas del día. Esa realidad tiene lugar en la Laponia sueca. Y si bien los contrastes entre verano e invierno son inmensos, cualquier época del año resulta indicada para conocer este destino privilegiado.

En el norte de Suecia el día nunca muere y el sol nunca llega a ponerse; se queda en esa delgada línea donde se unen cielo y tierra, descansa un par de horas y vuelve a subir. El sol es el único en esta parte del planeta que no se acuesta. Un espectáculo único y sólo por vivirlo vale la pena llegar hasta la Laponia sueca, una región que se puede disfrutar tanto en invierno como en verano, ya que ambas estaciones ofrecen experiencias muy distintas que, por lo general, obligan al viajero a volver.

La Laponia en sí es un territorio de unos 390 mil kilómetros cuadrados que comparten Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. El lado sueco abarca unos 9.400 kilómetros cuadrados que concentra una naturaleza salvaje sobre todo en alta montaña. Representa quizás una de las últimas tierras vírgenes de Europa, a pesar de que los Sami (tribu europea) hayan vivido allí durante miles de años.

Durante la época más oscura del año, de diciembre a enero, el sol apenas se levanta sobre el horizonte; los días se alargan en marzo y en junio. Las temperaturas en los días de verano oscilan entre los 15°C y los 30 °C, aunque las noches y las mañanas son más frescas. Julio suele ser el mes más cálido del año. A finales de agosto y en septiembre las temperaturas pueden ser más bajas y hay algunas horas menos de luz ya que el otoño llega pronto a esas latitudes. Los inviernos son largos, fríos, poco húmedos y con mucha nieve. Empieza a nevar a finales de noviembre y la nieve desaparece por completo a finales de abril o principios de mayo. Estas son las razones para que los puntos culminantes de invierno y verano se celebren en Laponia con especial solemnidad. De hecho el 21 de junio (solsticio de verano) es la fiesta nacional en Suecia, con características comparables a la Noche de Navidad.

La pequeña ciudad de Skellefteå, de 7.217 kilómetros cuadrados, está ubicada a una hora en avión de Estocolmo, en la desembocadura del río que le da nombre y es el punto de entrada a este paraíso salvaje. Su iglesia, la más grande de Suecia construida en madera, acoge un pequeño tesoro de tallas medievales que testimonian la relación de la ciudad con los puertos alemanes de la Liga Hanseática; entre ellas se encuentra una Madonna del año 1100.

En la parte arquitectónica es recomendable visitar lugares como el Museo de Skellefteå, la granja de Rismyrliden, el centro recreativo de Nordanå y Lejonströmsbron, que es el puente de madera más antiguo de toda Suecia que aún sigue en uso.

También está el asentamiento de Bonnstan, un poblado de 116 casitas de madera que datan del siglo XVII. Con 35.514 habitantes, la Skellefteå actual es conocida por ser una ciudad apacible que hiberna en sus numerosos restaurantes y cafés, mientras espera la llegada del verano para lanzarse a las calles durante 24 horas de sol. Cada verano se organiza el popular festival de Trastock con artistas nacionales y locales totalmente gratis. También el municipio es un creativo centro cinematográfico. Las escuelas de escenografía nórdica tienen allí su sede, así como su cineclub y festival de cine anual que reúne conocidos directores de cortometrajes.

En esta ciudad está el aeropuerto Skellefteå que es el centro de los vuelos que llegan hasta esta parte del país, que lo hacen principalmente desde Estocolmo y desde Girona, población cercana a Barcelona. Hay que tener en cuenta que a esta población no es posible llegar en tren, pero es aconsejable utilizar ese medio de transporte entre Estocolmo y Umeå, en donde se puede tomar un autobús hasta esa localidad. También se puede optar por un bus directo desde la capital sueca.

De paseo por la riviera

Una vez en Skellefteå, la mejor forma de conocer la región es alquilando un vehículo con el que se pueda hacer un recorrido por la costa entre esa población y Haparanda (en la frontera con Finlandia). Entre ambos puntos sobresalen las ciudades Luleå y Pitea cuyos plazas principales se llenan de festivales musicales callejeros a toda hora.

En estas latitudes costeras, el agua del golfo de Botnia, el brazo más septentrional del mar Báltico, es casi dulce por cuenta del abundante caudal de los numerosos ríos que desembocan en él, lo cual facilita su congelación durante los meses de invierno e incluso a comienzos de la primavera. Puede que el agua esté fría o que en los restaurantes de los hoteles de la costera Pitea las parejas bailen los viejos éxitos del legendario grupo Abba, pero el caso es que la riviera lapona es una de las más populares en Suecia.

Claro, el golfo de Botnia abriga un espectáculo único que le permite competir hasta con las playas del Mediterráneo: el Sol de Medianoche. Para subir la adrenalina, los viajeros tienen la opción de subirse a un Speedboa, un bote rápido con base de hierro que, por 43 euros, ofrece paseos por la costa lapona deseada.(Ribbaten)

Otras alternativas son montar en globo, realizar excursiones en quad (cuatrimoto), conducir bajo el Sol de Medianoche o deslizarse por las aguas del río Byske. Para los menos aventureros, una cena en el restaurante con las mejores vistas de Skelleftea, Restaurang Viktoria, con todos los componentes típicos de la cocina lapona: reno, ciervo y, por supuesto, arenque, es una buena alternativa.

El verano ártico

Los meses de verano ofrecen la posibilidad de vivir días eternos en todo el norte de Suecia. Vale la pena contemplar cómo el llamado Sol de Medianoche dibuja con colores el cielo y los paisajes de la Laponia. De manera increíble, también se tiene la posibilidad de esquiar hasta bien entrado el verano en los remotos parajes de Riksgränsen o, si se prefiere, jugar golf a cualquier hora del día.

El río Skellefte, que atraviesa la ciudad de Skellefteå, lleva para esta época una buena cantidad de salmones y truchas para los apasionados de la pesca, mientras que el río Ume resulta ideal para hacer excursiones en canoa, pasear en bicicleta por sus orillas e incluso para practicar escalada por el terreno rocoso que lo circunda. Para los seguidores del deporte de aventura también están los macizos rocosos existentes en los alrededores de Kebnekaise que, además de ser la montaña más alta de Suecia, es un lugar apreciado tanto por escaladores como por senderistas. En verano también es recomendable visitar el teleférico de Linbanan en el poblado de Östräsk, una antigua línea de transporte de 96 kilómetros construida durante la Segunda Guerra Mundial que transportaba oro, cobre, plomo, zinc y plata. Posteriormente en los años 90 todas sus cabinas fueron convertidas en un atractivo turístico y en el teleférico más largo del mundo (13,5 kilómetros).

Karlstad


Cuando llega el verano es la época perfecta para visitar Karlstad, conocida como la “ciudad de verano” ya que recibe más horas de sol que casi cualquier otro lugar en el país. La ciudad se encuentra en un delta donde dos de los grandes cursos de agua naturales de Suecia se reúnen: el río Klarälven y el lago Vänern (uno de los más grandes de Europa), con su archipiélago de 22.000 islas. El descenso en canoa por el Klarälven, el río más largo de Suecia, por ejemplo, es también una oportunidad para contemplar los paisajes de la región.

Para los amantes de las actividades al aire libre, nada como una ruta en bicicleta bordeando el río. La ruta conocida como Klarälvsbanan es una carretera únicamente para bicicletas que transitan a lo largo de 90 kilómetros entre Karlstad y el norte de la región de Värmland. Si quiere un paseo sin afán, desde el 1 de junio y hasta el 28 de agosto circulan los båtbussar que recorren el río Klara y el archipiélago del lago Vänern. Los recorridos se realizan desde las 10 de la mañana hasta las 7:30 de la tarde.

Para los amantes de la aventura está la opción de un paseo por el lago Vänern en lancha RIB (semirígida) a 45 nudos de velocidad. Las salidas se efectúan desde el puerto interior o Inre hamn y duran 1 hora e incluyen varias paradas en las que se explican los detalles de las islas y el archipiélago. El precio por persona es de 38 euros aproximadamente.

Otra alternativa está a bordo del M/S Vestvåg donde el viajero puede disfrutar de un crucero con degustación de gambas. Con varias salidas a la semana y un precio a partir de 17 euros por persona con comida incluida, se puede disfrutar de este räkkryssning. A Karlstad se llega con vuelo directo desde Girona y con escala en Estocolmo o Copenhague desde Madrid y Barcelona.

Más información en  Destination Karlstad

Timmerflotte

Es costumbre para los locales ver navegando en el río Klarälven las timmerflotte, unas embarcaciones construidas a la manera antigua con troncos de madera. La actividad es todo un clásico de esta zona y merece la pena participar en ella. La experiencia empieza con la construcción de la balsa en el mismo río bajo la supervisión y el apoyo de un experto monitor que guía en cada fase. No es necesaria ninguna experiencia previa para construir y navegar en la barca y las medidas de seguridad son suficientemente estrictas para gozar de la actividad sin problemas.

La travesía dura un mínimo de 4 horas, tiempo suficiente para gozar del paisaje y la naturaleza. La tranquilidad y la poca velocidad del caudal permiten dejarse llevar, tomar el sol y relajarse. Un baño en las aguas serenas del río para sofocar el calor del verano sueco es una buena manera de acabar el itinerario.

Salidas: Domingo, lunes y miércoles. También los viernes entre julio y agosto. Hora y punto de encuentro: A las 17:00 horas en Gunnerud, unos 95 km al norte de Karlstad. Número de personas: Se calculan unas 5 ó 6 personas por balsa. Requisitos generales: Mínimo 2 adultos por balsa. Los adultos deben saber nadar. La participación se realiza siempre bajo responsabilidad propia.

Mayores informes:  Vildmark

El invierno polar

Durante el invierno, el sol no se deja ver en Laponia por tres meses, pero la tenue luz que emite por debajo del horizonte en unas pocas horas tiene una calidez mágica para muchos.

El esquí es, por supuesto, la actividad más común para realizar en invierno. También existen otras opciones menos vertiginosas pero igual de divertidas. Por ejemplo, se puede practicar la pesca sobre hielo o aprender a conducir vehículos sobre el hielo. Pero uno de los espectáculos más impresionantes para apreciar en Laponia en invierno, son definitivamente las auroras boreales. Aurora es el nombre que se le da al juego de luces celestes provocadas por un fenómeno electromagnético que se produce al chocar las partículas eléctricas procedentes del sol con el campo magnético de la tierra. La Aurora Sky Station, situada en el Parque Nacional de Abisko, ha sido creada exclusivamente con el propósito de permitirle al visitante contemplar dicho espectáculo de luz.

Instalada en las alturas y lejos de cualquier tipo de luz artificial, Aurora Sky Station es accesible únicamente por telesilla (asiento suspendido de un cable de tracción). La estación cuenta con la cafetería Panorama Café, desde donde se observa a plenitud la cordillera y al lago Torneträsk. Por las razones geográficas de la región, la Aurora Sky Station se transforma en una estación de observación del Sol de medianoche entre el 9 de junio y el 14 de julio.

Hoteles con un toque diferente


En la Laponia sueca se encuentran dos de los mejores hoteles de diseño de Suecia. El TreeHotel, situado en Harads y propiedad de Kent Lindvall y Britta Jonsson, es un conjunto de viviendas de lujo construidas en la copa de los árboles con distintas categorías y precios para elegir. Las viviendas están identificadas con nombres tales como UFO (ovni), a Room with a View (habitación con vistas), Mirrorcube (cubo de espejos), Tree Sauna (sauna arbórea) y Bird’s Nest (nido de pájaro).

Todas las habitaciones se levantan del suelo entre 4 y 5 metros ofreciendo una vista panorámica sobre el río Lulea. Tanto en invierno como en verano el huésped puede disfrutar de actividades que van desde caminatas o paseos en bicicleta, ciclismo de montaña, kayak, cabalgatas, safaris en trineo, pesca en hilo.

Otra opción de alojamiento la brinda el IceHotel. Se encuentra 200 kilómetros dentro del Círculo Ártico, en una pequeña aldea llamada Jukkasjärvi. Porque el hotel tiene que ser reconstruido años tras año, en la época en que las condiciones meteorológicas lo permiten, los propietarios invitan a diferentes artistas para participar en el diseño, e incluso mantienen un acuerdo con una universidad que hace que los estudiantes de último curso de arquitectura participen en el diseño de la estructura del hotel. Tiene 34 habitaciones, entre individuales y suites de lujo, con una temperatura variable entre los -5ºC y -8ºC.

El Icehotel ofrece actividades para sus huéspedes que van desde un paseo en moto de nieve, hasta una visita al Centro Espacial de Esrange, situado en las afueras de la ciudad de Kiruna, para contemplar el espectáculo de luces que brinda el cielo cada noche.

Más información en  Ice Hotel

El mercado invernal de Jokkmokk

En el pueblo de Jokkmokk los Sami realizan su mercado invernal y que cada año llega para el deleite de todas las personas que se acercan. Este mercado tiene lugar los primeros días de febrero y allí los turistas pueden disfrutar de excursiones en trineo y apreciar los paisajes que se pueden ver desde este punto tradicional de Suecia.

Exhibiciones de pesca en el hielo, desfiles a la luz de las antorchas, paseos por el bosque sobre esquís, una noche en un iglú o una sesión de sauna rodeados de nieve, serán algunas de las actividades en las que se puede participar, además de poder adquirir muestras de arte local y artesanía indígena de cuero, lana o cuerno; aplaudir a los grupos de danza y a los cantantes que, en sus trajes típicos de un azul intensísimo, entonan los emocionantes yoiks lapones (modo de expresión musical); probar en las tiendas especialidades como el embutido de alce, y hasta presenciar carreras de renos y trineos de perros.

El mercado fue instituido por los reyes de Suecia a principios de 1600, con el objetivo de reforzar la unión de la población norteña con el Estado, recaudar impuestos y difundir la religión oficial entre los samis. El mercado se inaugura el 31 de enero, con una jornada histórica en la que se puede revivir tal y como era hace 400 años. A partir del 2 de febrero comienza la actividad propia de mercado. Unos 40.000 visitantes anuales acuden al lugar. Tener en cuenta no olvidar el abrigo, ya que la temperatura normalmente no sube de -20 ºC.

Conocer los Sami

Con una presencia continua desde hace al menos 10.000 años, los sami son uno de los pocos pueblos que pueden declararse europeos. Hay unos 20.000 samis en toda Suecia y Arvidsjaur es un lugar ideal para conocer esta cultura. También esta población es famosa por ser uno de los centros más importantes para la industria del automovilismo. Durante el invierno muchas compañías automovilísticas se dan cita allí para probar los frenos y la pericia de sus conductores sobre el hielo de la Laponia.

Paseo en rompehielos

En Piteå, al norte de Skellefteå, se encuentra el resort Pite Havsbad. Allí el viajero puede abordar un rompehielos que se interna unas millas en el mar. En un momento dado el barco para en mitad de las aguas congeladas permitiendo al turista bajar para tomar un aperitivo. Los más osados pueden darse un baño en las aguas heladas protegidos por un grueso traje de neopreno totalmente sellado.

Más información en:  Paseo Rompehielos

Guía de Viaje

Cómo llegar

Desde Bogotá se puede viajar a Estocolmo con Lufthansa vía Frankfurt o con Air France Bogotá - París- Estocolmo. También con United vía New York. (Hay que tener visa americana vigente). Otra opción la ofrece Iberia que vuela desde Madrid todos los días a las 10 de la mañana. Desde el aeropuerto Arlanda varios vuelos diarios conectan con Skelleftea en poco más de una hora. Otras ciudades de la Laponia sueca, como Lulea o Kiruna, cuentan también con vuelos directos desde la capital.

Visado

En Suecia rigen las reglas de visado del Convenio de Schengen que significa, entre otras cosas, que los países de la Unión Europea, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, España, Suecia, Alemania y Austria, así como los países del Espacio Económico Europeo, Noruega e Islandia, han abierto sus fronteras entre ellos. Una visa otorgada por uno de esos países es válida para visitar cualquiera de los otros.

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