Primavera es la época idónea para visitar Ucrania: después del fuerte invierno que azota a este país eslavo, las nieves se funden para dar paso al resurgir de la naturaleza, que tiñe sus paisajes de verde.
Si quieres ser testigo de ello, una visita imperdible debe ser al que es considerado como el lugar más romántico del mundo: El túnel del Amor. Como suele suceder, estos pequeños rincones no se encuentran al alcance de las aglomeraciones turísticas; por el contrario, forma parte de esos pequeños y solitarios lugares perfectos para escaparse, tomar fotos, caminar despacio, respirar profundo y disfrutar la sensación de que los frondosos árboles te protegen de cualquier daño exterior.
Estar o no enamorado es lo de menos. El túnel, ubicado en Klevan, un pequeño pueblo del noroeste de Ucrania, envuelve una antigua vía de ferrocarril privada donde aún transitan los trenes con destino a una fábrica de madera.
De poco más de 100 metros, atravesar el Túnel del Amor es tan romántico que el bautismo con ese nombre casi se considera obvio. Caminar por él obliga a llenar prácticamente la cámara de fotografías únicas, en un paisaje que parece artificial, como si se tratara realmente de un decorado. No obstante es el paso continuo de los trenes por esa vía la razón por la cual las ramas de los arbustos han crecido con esa apariencia tan peculiar. Si tienes planes de casarte, ten en cuenta que según la creencia popular, si uno pasea con la persona a la que ama por este túnel y pide un deseo, éste se hará realidad. Eso sí, para que tus deseos sean cumplidos, tendrás que soportar un viaje de seis horas que dura el trayecto en tren que une Kiev, la capital, con Klevan…
Menos mal que la belleza del lugar y, sobre todo, del túnel, merece la pena.
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