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Seychelles

El Archipriélago más hermoso del Índico

Sus 115 islas –únicamente treinta están habitadas– lo tienen todo para enamorar: sol todo el año, clima tropical, playas coralinas, una flora y fauna endémica y una valiosa vida marina. 

La ruta imprescindible por este paraíso: Mahé, Praslin y La Digue. 

Mahé 

Suman exactamente 115 islas verdísimas apenas por debajo de la línea del Ecuador; la mayoría de coral y, las más grandes, más graníticas y abruptas. Eso sí, todas bañadas por agua turquesa, arena blanquísima, gigantescas rocas redondas, exuberantes bosques y biodiversidad. No extraña que las Seychelles sean un destino preferido para los recién casados. Pero para quienes buscan algo más que una idílica luna de miel, este destino ofrece caminatas por la jungla y la costa, excursiones en barco, buceo y hasta avistamiento de aves y tortugas. 

Las que sin falta nadie se pierde cuando se piensa en las Seychelles son Mahé, su hermana menor Praslin y la diminuta y aún más rural La Digue. Esta tríada imprescindible basta y sobra para planear una escapada hedonista de una semana a diez días, o más si el bolsillo aguanta. 

Hoy arriban a este archipiélago del Océano índico unos 250.000 visitantes; casi tres veces más que la población de este paraíso colonizado por los franceses, en donde se habla inglés, francés y criollo seselwa, la lengua usada en la enseñanza en los primeros cuatro años de escolarización. 

Tapizada de bosque y contorneada por blanquísimas playas, aquí funciona el único aeropuerto internacional, inaugurado en 1971 por la reina Isabel. Sería sin embargo un error considerar Mahé como un lugar de paso. 


La isla alberga a la capital de Victoria y a aproximadamente 70.000 personas, casi el 90% de la población del país. Aun así, el destino conserva su belleza con montañas de 900 metros y decenas de playas. Vale la pena visitar el mercado Sir Selwyn-Clarke para familiarizarse con los sabores de este pedazo de trópico, y a la torre del reloj. Imperdible además una visita al jardín botánico y a la colonial Maison des Capucins, junto a la Catedral. 

Para los más aventureros, un buen plan es subir a bordo de los autobuses locales para recorrer la isla. Los horarios están siempre publicados en la Estación Central de Victoria, así como en cualquiera de las oficinas de Turismo Seychelles. 

Hay que aprovechar para visitar playas como las de Beau Vallon, una de las más populares de Mahé. Se cree que aquí enterró su tesoro el pirata La Buse, quien antes de morir dibujó un criptograma que muchos han identificado con este lugar. 

En el norte de la isla se extiende el Jardin du Roi, un enclave que aún mantiene la tradición francesa del cultivo de especias y plantas medicinales. En la propiedad crecen la canela, el clavo y la nuez moscada, además de bosques de bambú y una amplia diversidad floral. El Jardin du Roi es también el hogar de varios animales endémicos, entre ellos las colosales tortugas de Aldabra y los murciélagos de Seychelles, más conocidos como “zorros voladores” por su gran tamaño. 

El sacrificio de olvidar por unas horas el relax total, el windsurf, el esnórquel o los masajes y las sesiones de yoga que tanto abundan por estos territorios, vale la pena para salir de excursión en barco a explorar los arrecifes de coral del Parque Marino de Sainte Anne, uno de los lugares de anidamiento preferidos de las tortugas marinas, y otros enclaves como la plataforma coralina de Desroches Drop, Cocos Island, Coral Grandens, Whale Rock y el atolón de Aldabra, declarado Patrimonio de la Humanidad. 

Praslin 

A15 minutos en avión o 45 en barco desde Mahé, se encuentra la isla de Praslin. Con 7.000 habitantes, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias en parte a que posee playas de auténtico ensueño: Anse Lazio, Anse Boudin, Anse Volbert, Anse Consolation y Anse Marie-Louise, entre otras. 

Desde la arena de estas playas, la superficie del mar deslumbra con una gama cromática que se amplifica bajo el agua, pues éste es el hogar de más de 900 especies de peces, 100 tipos de moluscos y hasta 50 variedades de coral, además de delfines y tortugas marinas. 

Para quienes buscan contacto con la naturaleza, internarse en la reserva natural del Valle de Mai es la verdadera joya de la corona. Un bosque prehistórico declarado Patrimonio de la Humanidad por no haber sufrido cambios desde su origen y por ser el hábitat de uno de los frutos más curiosos del planeta: el coco de mer, (Coco de mar), que puede llegar a pesar hasta 40 kilos, está protegido y su exportación está totalmente prohibida. 

Una vez aquí, existen varios senderos entre el espeso follaje para transitar y para que los aficionados al avistamiento de aves contemplen rarezas como el loro negro.

Una corta escapada a la cercana isla Curieuse permite conocer otro de los rincones naturales más valiosos del archipiélago. Es la quinta isla más larga de las islas Seychelles, con 2,86 km. El 11 de junio de 1979 se convirtió en Reserva de Conservación de las Tortugas Gigantes de Aldabra, bajo el mando de la Autoridad de los Parques Nacionales de Seychelles. La isla guarda un dinámico ecosistema terrestre y marino que incluye el anidamiento de tortugas, manglares, el Coco de Mer, así como un número importante de plantas endémicas. 

La Digue 

La última etapa del viaje a las Seychelles es La Digue (10 km2), la isla que menos parece haber cambiado en el último siglo. El trayecto en barco desde la cercana Praslin apenas dura media hora y desembarca en La Passe, un pintoresco puerto con tiendas que ocupan casas de arquitectura criolla. 

Salvo un puñado de taxis y una vieja ambulancia, el único transporte posible son las bicicletas y las carretas de bueyes que aguardan en el muelle a los ferrys – tampoco hay aeropuerto– para cargar las maletas de sus visitantes hasta el hotel. Por eso en La Digue hay que relentecer el ritmo y reconectarse con la naturaleza para explorarla en dos ruedas. 

Entre los enclaves ineludibles de la isla conviene mencionar la Union Estate, una vieja plantación de coco y vainilla que contiene además una fábrica de copra (Pulpa de coco), un terrario con tortugas gigantes y un cementerio donde reposan los restos de los primeros colonos franceses. 


El tesoro que todos quieren descubrir en La Digue lo es sin embargo la fotografiadísima playa de Anse Source d’Argent, con arenas de un blanco radiante, singulares formaciones graníticas y aguas color turquesa, abrazadas por un bosque tropical en el que habita el monarca colilargo de las Seychelles, un ave del que solo quedan 300 ejemplares. 

Y como entre gustos, no hay disgustos, se dice sin embargo que las mejores playas de La Digue para disfrutar de un baño en el Índico son Anse Patates y Anse Sevère, en el sur. Sus aguas tranquilas son idóneas para practicar el esnórquel y saborear un cóctel mientras se está tendido sobre la arena blanca. 

Recomendaciones PARA EL VIAJERO 

CÓMO LLEGAR 

Turkish Airlines vuela desde Colombia a Mahé, con escala en Estambul. La aerolínea tiene tres frecuencias semanales desde Bogotá: miércoles, viernes y domingo. 

CÓMO MOVERSE 

Las islas de Mahé y Praslin son las únicas que tienen líneas de autobús y donde se pueden alquilar automóvil o motocicletas. Se conduce por la izquierda. En La Digue la gente se traslada en bicicleta. Para ir de isla en isla, puede optar por ferry (catcocos.com) o con los vuelos de Air Seychelles (airseychelles.com). 

MEJOR ÉPOCA 

De mayo a septiembre, con menos lluvia, aunque se puede ir todo el año. 

SABORES LOCALES 

La mezcla europea, africana y oriental de su población define también su cocina, presidida por pescados y mariscos con un punto de chile y especias. Un buen lugar para iniciarse en su gastronomía criolla es el Marie Antoinette (marieantoinette.sc), un clásico de ambiente informal en una de las casas coloniales que quedan por Mahé. 

DÓNDE DORMIR 

  • Banyan Tree Seychelles 

Situado en la espectacular bahía de Intendance, consta de 63 lujosas villas, perfectamente integradas en su entorno. Algunas disponen de piscina privada y jacuzzi al aire libre. Banyan Tree Seychelles

  • Constance Ephélia 

Figura entre los más exclusivos de Mahé. Se trata de un hedonista refugio con todos los servicios imaginables sobre dos de las mejores playas de la isla y el Parque Nacional Marino Port Launay. Constance Hotels&Resorts

  • L’’Archipel 

Este hotel, en Praslin, situado entre flores exóticas y cocoteros, dispone de 30 habitaciones -todas con terrazadecoradas con estilo colonial. L’Archipel

  • Lémuria 

Hotel cinco estrellas en Praslin, sobre las preciosas playas de Anse Kerlan y con un campo de golf de 18 hoyos único en las Seychelles. Constance Lémuria

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