Región colombiana formada por grandes formaciones rocosas, riquezas en recursos naturales, privilegiada por encontrarse en límites con Venezuela y Brasil y lugar donde confluyen entre otros, los ríos Orinoco, Guaviare, Inírida y el Negro, esto conjugado con la presencia de comunidades indígenas que conservan sus costumbres ancestrales, permitiendo al turista ser parte de este mundo “perdido”.
Ciro Guerra y Cristina Gallego, quienes con su película en blanco y negro de “El abrazo de la serpiente” dan a conocer esta hermosa región a través de un relato inspirado en las travesías de dos exploradores que, a principios del siglo XX, llegaron al Amazonas en busca de una planta curativa. Una historia que sobre todo visibiliza a las comunidades indígenas que fueron víctimas de la explotación de caucheros y evangelizadores.
Guainía es considerado como uno de los mejores potenciales de Colombia, por sus majestuosos paisajes, sus bellos atardeceres y donde el visitante puede disfrutar de parques y reservas naturales, acampando en el Resguardo el Remanso; recorriendo el Parque Tuparro, la ciudad de Inírida y sus alrededores; conociendo la cultura y las artesanías elaboradas por las comunidades indígenas; navegando por el río Inírida y visitar Caranacoa, La Ceiba, Remanso y Venado. Luego, llegar al Caño Bocón, al Río Atabapo donde queda Playa Blanca, para después hacer una caminata por el Parque Nacional Natural El Tuparro; escalar los cerros de Mavicure, sin dejar de lado San Fernando de Atabapo, los caños y lagunas que hacen parte de este paraíso terrenal.
De todo el recorrido, uno de los sitios más visitados es indudablemente los cerros del Mavicure que emergen de la espesa selva y de las majestuosas playas blancas del Río Inírida. Son tres: Pajarito, Mono y Mavicure, unos tepuys, que son formaciones geológicas en forma de mesetas que pueden tener entre 3000 a 3500 millones de años y que permiten a quien escala sus cumbres una panorámica inolvidable de esta región, donde nadie es extranjero.
Una región donde se ve un mundo sin fronteras, donde se invita a la contemplación de las maravillas naturales y se pueden recorrer los raudales imponentes; donde hay actividades para todos los gustos desde aquellos que quieren poner a prueba su adrenalina con las actividades acuáticas hasta las personas que buscan paz y tranquilidad participando en avistamientos de aves, recorridos por senderos que conducen a las imponentes paisajes, o por que no convivir un momento con las comunidades indígenas que representan el 80% de los pobladores de esta región, personas que se destacan por su calidez y hospitalidad.
“Tres, dos uno, acción…” no lo pienses más, prepara tu equipaje y elige un plan