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Ver otras fechasSi quieres devolverte en el tiempo, debes llegar a La Candelaria, un barrio lleno de historias, monumentos, museos, iglesias y calles que aún conservan vestigios de la época colonial y sus nombres originales como la Calle Real, actual carrera séptima, en donde se encuentra la Plaza de Bolívar y la Catedral Primada, construida sobre los terrenos en los que Gonzalo Jiménez de Quesada fundó a Bogotá.
Empieza por el marco de la Plaza de Bolívar donde vas a encontrar la Catedral, el Palacio Liévano o alcaldía de Bogotá, el Palacio de san Carlos (allí sesiona el Congreso) y el Palacio de Justicia.
La Catedral Primada cuenta con una fachada de estilo dórico y con torres de diseño jónico y su interior está conformado por una nave central y dos laterales de la misma altura, el altar mayor y 14 capillas, entre las que se destaca la de Santa Isabel de Hungría, donde reposan los restos de personajes de la historia colombiana como Gonzalo Jiménez de Quesada, Antonio Nariño y el pintor Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos.
A un costado de la Catedral encontramos la Casa del Florero, una construcción de influencia árabe-andaluz, que fue construida a finales del siglo XVI. Se hizo famosa por ser escenario del Grito de Independencia. En sus salas se resalta la memoria del libertador con la exhibición de objetos personales, retratos, grabados, dibujos, esculturas, uniformes y otros elementos alusivos a la historia colombiana y una colección de Constituciones de Colombia.
Adentrándote en La Candelaria ubicas, frente a la Biblioteca Luis Ángel Arango, el Museo Botero, donde se encuentra la colección de arte más completa del país, en vista que reúne 123 obras del maestro Fernando Botero y 85 piezas de importantes artistas de finales del siglo XIX y principios del XX.
Otro sitio que debes visitar es el Museo Arqueológico Casa Marqués de San Jorge, una imponente mansión del siglo XVIII, con un hermoso patio central que complementa el estilo colonial de todo el conjunto, propio de la época del virreinato. En su recinto guarda una importante colección arqueológica de elementos de diversas culturas, entre las que se encuentran objetos de orfebrería y cestería, así como la cerámica precolombina que incluye piezas de Perú y Ecuador.
De ahí pasas al Museo de Arte Colonial, que es una de las más antiguas construcciones de la colonia, data del siglo XVII. Este monumento guarda en su patio la estatua del mono de la pila uno de los símbolos antiguos y con historia propia, además se exhiben pinturas, tallas en madera, muebles, joyería, libros y documentos históricos. Su colección destacada está compuesta por 76 pinturas al óleo y 106 dibujos de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, uno de los pintores más importantes del Nuevo Reino de Granada.
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Luego visita las tres iglesias que conforman el conjunto conventual santafereño que se salvó de las demoliciones llevadas a cabo en la ciudad durante el siglo XX.
La primera es la Iglesia de La Candelaria, cuya obra fue culminada en 1703. En su interior se destaca el cielorraso de la nave central, donde se hallan varias pinturas de escenas religiosas y en el sotacoro se conserva aún el artesonado, que fue considerado como la techumbre más avanzada de técnica barroca.
La segunda es la Iglesia de San Ignacio, cuyo diseño fue inspirado en la Iglesia del Gesú en Roma de la Compañía de Jesús. Tiene una planta ocupada por una amplia nave central, capillas laterales, balcón corrido, crucero y cúpula. En su fachada se destaca la torre del campanario, las pilastras y hornacinas con esculturas de santos.
Y complementa el trío, La Iglesia de Nuestra Señora de las Aguas, un templo dedicado a la virgen María que hacia parte del antiguo convento de las Aguas donde funcionó un hospital, un orfanato y actualmente es la sede de Artesanías de Colombia. Consta de una planta rectangular de una sola nave y posee una capilla, en su costado norte, dedicada a San Antonio.
De allí camina unas cuadras hacia el sur y llegas al Museo de Santa Clara, el primer ejemplo de museo iglesia en Colombia. Su colección comprende pinturas de los maestros más notables del siglo XVII como Arce y Ceballos, Gaspar y Baltazar de Figueroa, Agustín García Zorro de Useche. Aquí se pueden contemplar grabados, esculturas, relieves y retablos tallados y recubiertos en hojillas de oro, a lo largo del recinto se ve pintura mural con motivos de ángeles, santos, flores, animales y frutas de la época, repartida entre los coros, el presbiterio, el arco y la sacristía.
Llegando a la Plazoleta del Rosario localizas La Capilla de la Bordadita, ubicada en el claustro del colegio Mayor del Rosario, se conoce con este nombre por acoger la imagen de la Virgen del Rosario bordada sobre tela con seda de colores e hilos de oro y plata, por la reina de España Mariana de Austria en el siglo XVII.
La Iglesia de San Francisco es una destacada obra arquitectónica y artística de la orden de los Franciscanos. Su rica ornamentación se resume la labor de talladores, escultores, artesanos y pintores criollos como extranjeros. El altar mayor es una de las obras maestras del tallado colonial. El arte mudéjar y las figuras de bulto están catalogadas entre las más valiosas de la imaginería y los ornamentos que se encuentran a lo largo del templo.
Detrás del templo de San Francisco encontramos la Iglesia de La Veracruz, conformada por una nave principal, una nave lateral y una capilla que hace las veces de medio crucero y la decoración neoclásica se le aplicó a principios del Siglo XX. La fachada tiene una portada de piedra rematada por dos pináculos en sus costados y una hornacina en el centro que alberga la imagen de la Santa Veracruz, en su interior se destaca la sencillez de los muros, el techo en forma de artesa y el enchapado en plata del altar.
La Veracruz fue uno de los primeros templos construidos por los españoles, declarado Panteón Nacional guarda en una capilla ubicada a la derecha del altar mayor los restos de numerosos próceres fusilados durante la reconquista española y el Cristo de los Mártires. Allí sobresalen dos obras de gran valor histórico: situado en la nave izquierda se encuentra el Cristo de los Agonizantes, crucifijo ante el cual los reos oraban antes de su ejecución y el lienzo que acompañaba a los condenados hasta el cadalso y que además presidía los cortejos fúnebres.
Saliendo de La Veracruz, a unos pasos, puedes entrar a la Iglesia La Tercera, donde se aprecian todavía los primeros motivos rococó, el valor de este templo está en el trabajo decorativo y minucioso en madera de cedro de los altares, retablos, púlpitos y confesionarios, allí se conserva un importante conjunto de talla peinada y una rica iconografía sepia oscura que representa hojas, flores, frutos, pequeños rostros de ángeles y estilizadas figuras de animales.
Terminar este recorrido por el Museo del Oro, único en su especie, un edificio moderno que encierra entre sus muros el legado de la Leyenda del Dorado y de las demás culturas aborígenes colombianas, quienes tallaron finas piezas de orfebrería, a través de las cuales cuentan sus costumbres, artes y tradiciones.
“Conserva los residuos hasta encontrar los recipientes de la basura"
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