Cuando se habla de turismo, se hace referencia a destinos que por sus paisajes y lugares atractivos valen la pena conocer y de paso probar sus platos típicos.
En esta oportunidad el motivo del viaje es la comida y ¿Por qué el Perú? Por ser un destino de talla internacional por su cocina, que sigue conservando sus ingredientes originales, llenos de sabores y colores que son el encanto hasta de los paladares más exigentes.
La comida actual del Perú es el fruto de la fusión de ingredientes, gracias a la inmigración española, africana, china, japonesa e italiana conforme iban llegando al puerto de Callao, que a propósito es uno de los sitios donde se degusta las más exquisitas recetas de mar.
De toda esta herencia salen a relucir los tallarines verdes y rojos provenientes de Italia, el Tacu tacu y la Carapulcra de África, el famoso ceviche de origen japonés y el inigualable anticucho de corazón de res preparado como brocheta, uno de los platos autóctonos que ahora se sirven a manteles en los mejores restaurantes de Perú y de otras regiones en el mundo.
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Desde Lima, vía aérea llegas a Tumbes, Chiclayo o Trujillo, donde se especializan en los frutos marinos preparados con limón, hierbas aromáticas y picantes, acompañados por una cerveza o chicha de jora bien heladas.
Hay ceviches como el chinguirito, el sudado de pescado acompañado de yucas y chifles (plátano frito en rodajas), también puedes pedir el seco de cabrito, el “chabelo” que se prepara con carne de res a la brasa; el arroz con pato sazonado con cerveza negra y la sopa teóloga a base de sustancia de pava.
Para llegar al oriente del país, debes viajar desde Lima con destino a Iquitos, Pucallpa, Tarapoto y Puerto Maldonado. Se prepara carne de res, ave, pescado, cordero y el majaz, una especie de roedor originario de la zona.
En la mesa amazónica peruana se sirve: los Juanes, que son trozos de gallina envueltos en arroz y cubiertos con hojas de bijao; el asado de picuro, similar al cuy; el apichado que son pedazos de carne de cerdo con maní y maíz; la patarashca de pescado y otros platos como sopas y bebidas refrescantes con productos de la región.
La carta te ofrece desde el Tiradito, un ceviche sin cebolla; la Parihuela, caldo de pescado con mariscos, chaufa de pescado, el arroz con mariscos, pescado a la chorrillana, conchitas a la parmesana, la causa rellena de atún, choritos a la chalaca, jalea mixta, tequeños rellenos con pulpa de cangrejo, pasta con salsa de mariscos…
La influencia del mestizaje también se ve en los platos, como el anticucho, el Tacu tacu, el Cau cau, el ají de gallina, el tamal, el arroz de Chaufa, entre otros.
El sur del País, en Arequipa a casi dos horas en avión de Lima, se contagia de aromas de comida cocinada al calor de la leña. En las picanterías puedes escoger desde el Rocoto, uno de los íconos de la gastronomía arequipeña junto con la Ocopa, el solterito de queso, el caldo blanco, el chicharrón de cerdo, el guisado…
Y si hablamos de postres, la “Ciudad Blanca” ofrece chocolates, los buñuelos de harina, huevos y leche con miel de chancaca; el queso helado de coco, canela, leche, especies y si quieres le puedes agregar miel.
Es la tendencia de la cocina peruana que retomó las costumbres culinarias e ingredientes de los ancestros, los combinaron con aquellos que llegaron de otras latitudes e hicieron una fusión y armonía perfecta: sabores suaves, poco uso de condimentos, cocciones rápidas y bajo contenido de grasa.
Estos platos los ofrecen en hoteles 5 estrellas y algunos restaurantes especializados en Lima donde puedes pedir, por ejemplo: de entrada, una ensalada de caracoles con quinua; el plato principal que sea un cuy en salsa de ostión, de postre mazamorra de cañihua y de bebida un batido de aguaymanto o uchuva.
En la cocina de la región andina donde se encuentran entre otras, Cusco y Puno se sirven los chupes, las sopas, carnes; postres preparados con maíz, leche y frutas; y en las bebidas está la chicha de maíz, vinos y sidras artesanales. Prueba también los panes, las wawas, los santiagos y los bolillos de agua.
No hay comida sin su bebida, que mejor que sea la tradicional o el símbolo nacional que como el Pisco, que significa ave, combina perfecto con los platos típicos del Perú.
El Pisco se originó del cultivo de las uvas europeas combinadas con los terrenos de la costa sur del país. Esta ruta te lleva por Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna. Tú escoges el recorrido que te llame la atención, según el tipo de bodega: la artesanal, la industrial o donde esté la mejor cepa. Lo recomendable es viajar en la estación de verano, para que participes de la vendimia y del proceso de fermentación y destilación.
La ruta gastronómica que escojas en Perú te dejará con una sensación en el paladar que vas a querer repetir cada uno de esos platos o probar otros, y para ello debes volver al país del sabor autóctono, tradicional y siempre actual.
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