En dos décadas este país nació de las arenas del desierto y se convirtió en un destino que ofrece alta calidad, modernismo y lujo. Aquí mencionamos algunas de las razones para visitar Qatar, más allá de ser la próxima sede del Mundial de Fútbol 2022.
Museos cataríes hay para todos los gustos. Para quienes buscan descubrir la vitalidad, complejidad y diversidad del arte islámico durante sus trece siglos de historia, resulta imperdible una visita al Museo Islámico. Cuenta con una tienda de recuerdos de la cual es imposible salir sin comprar algo, especialmente de libros que se consiguen a muy buen precio. La entrada a la colección permanente es gratuita. También está finalizando la construcción del Museo Nacional de Qatar, proyectado por Jean Nouvel, que muestra la simbiosis perfecta entre la arena y el agua, transmitiendo la belleza alcanzada cuando el desierto se Museo de Arte Islámico, Doha, Qatar encuentra con el mar. El museo incluye galerías de exposición permanente para las colecciones nacionales, salas de exposiciones temporales, un auditorio con capacidad para 220 personas, una sala de conferencias para 70 personas, un restaurante, dos cafeterías, una tienda, áreas de servicio y almacenamiento de fondos, zona administrativa y laboratorios de conservación. El edificio, que se prevé esté listo en marzo de 2019, también acogerá el Centro de Investigación del Patrimonio.
Si solamente tiene tiempo para hacer una cosa en Qatar, vaya al desierto. Las dunas de arena son tan altas como empinadas, por lo que conducir por el desierto hasta el mar es una experiencia espectacular. La experiencia de bashing o conducción por dunas puede tomarse por medio día, un día completo o noche incluida, caso en el cual se puede pasar la noche en un lujoso campamento árabe o armar su propia carpa, comer comida local y dormir bajo las estrellas.
Si los postres son algo irresistible para usted, le urge visitar Qatar. Aquí se encuentra el famoso café Al Aker, donde comerá una de las mejores kunafas de su vida. Este plato, típico de Ramadan, se hace con una pasta en forma de fideos, un jarabe dulce, queso y otros ingredientes como crema y helado. Un bocado inolvidable.
Tiene más de 250 años y tiene un callejón laberíntico con tiendas repletas de telas, especias, dulces, menaje y recuerdos. No solo encontrará a talladores de madera y sastres trabajando, sino que podrá ver cómo se hace el tradicional accesorio “agal” usado por los hombres para mantener en su sitio su vestimenta. Eso sí, regatear es la clave para poder llevar los mejores recuerdos a casa.
Hay una gran cantidad de restaurantes, incluidos establecimientos sirios y libaneses, así como salones de shisha. Diríjase a la mezquita del souq para una comida árabe a módico precio. Al lado hay un modesto restaurante con bancos cataríes en la calle, para degustar kebabs y pan recién hecho.
Lo antiguo siempre ha encontrado su camino a la urbanización en Doha en forma de fuertes y torres. Puede visitar lugares deslumbrantes como Al-Jassasiya, Al Wakra, Al Wajba Fort, Katara Cultural Village donde se organizan festivales como el Traditional Dhow Festival y el Palestinian Heritage Festival, así como conciertos, o el Fuerte Al Zubarah. Los restos arqueológicos en este último datan del siglo XVIII, pero el fuerte, construido en 1938, es la estructura más joven. Este es el primer sitio de Qatar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Hay que abrir espacio en el itinerario para visitar la Gran Mezquita del Estado. El exterior es agradablemente intimidante, con la apariencia de una fortaleza impenetrable, mientras que el interior es impresionante. Por la noche, el exterior de la mezquita es particularmente bello, ya que está iluminado con luces de color púrpura.
Otra mezquita que lo dejará sin palabras es la de Katara, ubicada en el centro del sitio de Katara Cultural Village. Un mosaico de azulejos con toques de rojo y amarillo. Quedará impresionado por los intrincados diseños y el interior igualmente complejo. Acompañando a la mezquita hay tres pilares llenos de espinas que alcanzan el cielo. El contraste entre estas estructuras abrumadoras y la belleza de las paredes de mosaico es realmente sorprendente.
Además de ser sede de la Copa Mundial de Fútbol 2022, el país es sede de reconocidos eventos anuales como la ATP World Tour, que se celebra cada invierno y atrae a tenistas estelares como Roger Federer, Andy Murray, Serena Williams y Caroline Wozniacki.
El Qatar Moto Grand Prix, el World Superbikes y el Qatar Masters Golf Tournament también son eventos anuales. También lo son los deportes tradicionales cataríes: carreras de caballos árabes, carreras de camellos y cetrería.
Una excursión a los islotes deshabitados de Al Safliya y Safliye, a los que se llega en una embarcación tradicional o “dhow”, es una experiencia para no perderse. La belleza de sus playas es incomparable y para los amantes de las aves un paraíso ya que, dependiendo de la época del año, pueden observarse aves migratorias que allí recalan.
Otra opción es Palm Tree Island, a solo 10 minutos de Doha en barco, ya que brinda una oferta para todos -incluidas familias con niños-. Para quienes practican buceo, lo mejor es desplazarse hasta Shara’o: tiene la particularidad de presentar un fondo marino rico en flora y fauna.
Para disfrutar el horizonte de la ciudad, hay que subirse a una embarcación dhow. Por la noche están iluminadas y tienen una interesante selección de música. En este paseo, que se extiende hasta siete kilómetros por la Bahía de Doha, se tiene la vista del famoso skyline del barrio financiero de la capital de Qatar. El punto ideal para detenerse a hacer fotos es cerca del edificio del museo de Arte Islámico, donde además se encuentra el puerto donde recalan los barcos tradicionales que se utilizaban para la recolección de perlas, y que ahora son utilizados para cruceros turísticos y eventos.
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